La Habana
El exdictador Fidel Castro, quien condujo a un grupo rebelde a la victoria, impuso un modelo socialista de corte soviético, desafió a su podero vecino del norte y fue referente de la izquierda mundial durante más de medio siglo, falleció el viernes en la noche a los 90 años.
Una Cuba en duelo le rinde tributo, mientras el mundo recuerda su influyente y controvertido legado
El padre de la Revolución cubana, quien jamás se deshizo de su barba y fumó puros hasta 1986, murió a las 10:29 p. m. (9:29 p. m. hora de Costa Rica), según anunció su hermano, el presidente Raúl Castro, en un mensaje por televisión.
Cuba pareció detener su marcha en seco. Pese a su edad y visible deterioro, el deceso de Fidel Castro sorprendió a todos, y más cuando ni siquiera hubo rumores previos sobre su salud.
El exilio en Miami destapó botellas de champán. "¡Cuba libre!" y "¡Libertad, libertad!", gritaban los férreos opositores al gobierno comunista.
El cuerpo de Castro será cremado y trasladado en caravana hacia la provincia de Santiago de Cuba (este del país), en un recorrido de 900 kilómetros que rememorará la marcha que realizó en 1959 cuando triunfó la revolución.
Sus cenizas serán depositadas en el cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago, el 4 de diciembre, donde también descansa el prócer independentista José Martí.
El Consejo de Estado y de Ministros informó de que habrá nueve días de duelo nacional durante los cuales cesarán las actividades y espectáculos públicos, y la bandera ondeará a media asta.
Quietud en La Habana.La capital lucía callada este sábado y el bullicio habitual estaba un poco apagado. En las calles, algunas personas se les llenaron los ojos de lágrimas e incluso quienes se manifestaron apáticos ante la política mostraban su respeto.
Irma Hierrezuelo, una enfermera jubilada de 65 años, resumió lo que significó Fidel para generaciones de cubanos. "Él fue el otro padre que yo conocí, le debo los estudios de enfermería, se lo debo todo", expresó.
"Raúl tiene en su espíritu que el país avance, hace comercio con el mundo entero, hasta los Estados Unidos", comentó Belkis Bejerano, ama de casa de 65 años, de la barriada Centro Habana. "Comercio es lo que Raúl quiere, nada más. Fidel estaba plantado en la Sierra Maestra todavía".
En sus años de vejez, Fidel Castro se abstenía de hablar públicamente sobre asuntos internos, respaldaba tácitamente las reformas de su hermano. Sin embargo, reapareció dos veces en la escena nacional este año, para criticar la histórica visita del presidente Barack Obama a Cuba y proclamar en abril que el comunismo era "un enorme paso en la lucha contra el colonialismo y su inseparable compañero, el imperialismo".
Enfermo, despojado de poder político evidente, el exdictador se convirtió para algunos en símbolo de la resistencia a las aperturas diplomática y económica de su hermano. Pero, para muchos cubanos, Fidel Castro estaba cada vez más alejado de las pasiones que hacían de él un salvador o un caudillo maniático, según se mirase.
El sábado, muchos cubanos en la Isla describieron a Fidel Castro como un hombre con defectos, pero merecedor de respeto. Trajo a Cuba la atención de salud gratuita, la educación y la verdadera independencia de Estados Unidos, aunque impuso un sistema político y económico que dejó calles y edificios en estado de deterioro e impulsado a las elites jóvenes e instruidas a buscar una mayor prosperidad en el exterior.
Fidel había cedido el poder en el 2006 a su hermano Raúl a causa de una crisis intestinal que lo tuvo al borde de la muerte. En el 2008 renunció definitivamente a la presidencia y en el 2011, a la jefatura del Partido Comunista de Cuba.
Los cubanos ya llevaban una década sin Fidel al frente.
Fidel Castro había cumplido los 90 años el 13 de agosto. La vejez y las secuelas de la enfermedad lo habían diezmado, pero con su sola imagen seguía ejerciendo gran influencia.
"No creo que la muerte de Fidel cambie en nada la política del país, la política seguirá por el mismo curso que va. No es una noticia inesperada", declaró Carlos Alzugaray, exdiplomático y académico cubano.
El ocaso del patriarca. Alejado del poder, Fidel Castro se dedicó a escribir artículos de prensa y a recibir a personalidades en su casa en La Habana.
En los últimos años se había obsesionado con el calentamiento global, el riesgo nuclear, la sobrepoblación mundial, la preservación de la paz y Estados Unidos, su eterno enemigo.
El exgobernante alcanzó a ver lo que pareció imposible en su era: el fin de la enemistad con Estados Unidos. Cinco años menor, su hermano Raúl protagonizó un histórico acercamiento con el presidente Barack Obama.
Ambos países restablecieron lazos diplomáticos el 20 de julio del 2015, cerrando el último capítulo de la Guerra Fría en América.
Obama, quien en pocas semanas dejará la Casa Blanca en manos de Donald Trump, dijo que "la historia juzgará el enorme impacto de esta singular figura" que fue Fidel, y destacó: "Durante mi Presidencia trabajamos duro para dejar atrás el pasado" y basar "la relación (...) por las muchas cosas que compartimos como vecinos y amigos".
Irreductible enemigo de Washington, Fidel no se opuso a la reconciliación diplomática, pero tampoco cedió a las presiones estadounidenses, incluida la del embargo vigente desde 1962 con el propósito de desmontar el régimen comunista.
Símbolo para unos de soberanía, dignidad, solidaridad y justicia social, el exirigente guerrillero también era para muchos la encarnación del mal, un dictador megalómano y cruel que no soportaba la crítica.
Miriam Leyva, una opositora que perteneció a las Damas de Blanco, cree que la muerte de Fidel Castro abrirá oportunidades. "Ya es hora de que el pueblo cubano tenga posibilidades de tener nuevos dirigentes en Cuba y poder participar en la vida política, económica y social de nuestro país por voluntad propia", expuso.
Uno de los últimos protagonistas de la Guerra Fría y de su momento más tenso -la crisis desatada por la instalación de los cohetes soviéticos con ojivas nucleares en Cuba en 1962-, Fidel Castro lideró un movimiento insurgente de alcance continental en América Latina.