Brasilia
La Fiscalía General de Brasil acusó al presidente Michel Temer de intentar frenar el avance de la Operación Lava Jato, que indaga el pago de sobornos en Petrobras, en un pedido de investigación cursado a la corte suprema que fue revelado este viernes.
Según el documento, Temer habría actuado en coordinación con Aécio Neves, candidato presidencial en el 2014, quien este jueves fue suspendido tanto de su mandato en el Senado como de la presidencia del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB, centroderecha).
"Se verifica que Aécio Neves, en articulación, entre otros, con el presidente Michel Temer, buscaron impedir que avancen las investigaciones de Lava Jato, sea por medio de medidas legislativas o por medio del control de nombramientos de los comisarios de la policía que conducirían las investigaciones", señala el texto.
"De esta manera, se vislumbra igualmente la posible práctica de crimen de obstrucción a la Justicia", concluye.
El documento también menciona la participación en la trama de Alexandre de Moraes, juez del Supremo Tribunal Federal y exministro de Justicia de Temer.
Las acusaciones se realizan con base en las delaciones premiadas de ejecutivos del gigante mundial de la alimentación JBS, entre ellos sus dueños Joesley y Wesley Batista.
Brasil vive en estado de conmoción política desde que el miércoles por la noche el diario O Globo reveló el contenido de una conversación entre Temer y Joesley Batista en la que el mandatario parece concordar con el pago de un soborno para comprar el silencio del exdiputado Eduardo Cunha, quien purga una pena de 15 años de cárcel por corrupción.
"Se desprende de los elementos recolectados el interés de Temer en mantener a Cunha controlado", señala el texto.
En esa reunión, el mandatario también indicó a Batista que podía contactar al diputado Rodrigo Rocha Loures, un estrecho aliado, para discutir temas de interés de su grupo empresarial.
Las autoridades registraron luego a Batista y Loures discutiendo delitos como garantizar la coincidencia de versiones de acusados en el caso Petrobras o la compra de su silencio.
El jefe de Estado, de 76 años, rechazó tajantemente esas acusaciones, así como los llamados a que presente su renuncia.
El mandatario se reunió el viernes por la mañana con sus asesores legales y desplazó para la tarde una audiencia con el ministro de Defensa, Raúl Jungmann, y con los mandos militares.
Volver a la normalidad. "El gobierno está trabajando en tres frentes para volver a la normalidad después de la crisis: político, judicial y económico. El propio presidente forma parte de las negociaciones con la base aliada", dijeron fuentes del Palacio presidencial de Planalto.
La crisis se produce un año después de la caída de la presidenta de izquierda Dilma Rousseff, acusada por el Congreso de manipular las cuentas públicas. Ese impeachment posibilitó la llegada al poder de Temer, que era su vicepresidente, para completar el mandato hasta fin de 2018.
Una misión que parece cada vez más cuesta arriba.
Temer enfrenta desde el jueves ocho pedidos de impeachment, aparte de un proceso en la justicia electoral que podría anular los comicios de 2014, por presuntos aportes de campaña de la constructora Odebrecht, una de las principales implicadas en el escándalo Petrobras.
La presión social también crece. Miles de personas gritaron el jueves "¡Fora Temer!" en Rio de Janeiro, Sao Paulo y Brasilia y hay más manifestaciones previstas para el fin de semana.
La exministra y senadora ecologista Marina Silva, que en las presidenciales de 2014 obtuvo casi 20% de los votos, declaró que Temer "no está en condiciones de gobernar".
Y el expresidente del Supremo Tribunal Federal (STF) Joaquim Barbosa comentó en su cuenta de Twitter: "No hay otra salida: los brasileños tienen que movilizarse, ir a las calles y reivindicar con fuerza: la renuncia inmediata de Michel Temer".
El diario O Globo se unió al coro con un duro editorial: "La renuncia es una decisión unilateral del presidente. No es lo mejor para sí mismo, pero sí para el país".
Un eventual impeachment solo prosperará si la coalición que apoya a Temer, o al menos una parte de ella, le da la espalda.
Por ahora, su gabinete solo sufrió una baja: el ministro de Cultura, Roberto Freire, que renunció al cargo el mismo jueves.
La Constitución prevé que en caso de vacío en la Presidencia durante la segunda mitad de un mandato, el Congreso elija un nombre para completarlo. Sin embargo, existen interpretaciones y propuestas también que permitirían adelantar los comicios.