Cartagena de Indias, Colombia. AFP. Las cancilleres de Colombia, María Ángela Holguín, y Venezuela, Delcy Rodríguez, acordaron este miércoles en Cartagena mantener la cooperación ante la crisis bilateral sin llegar a un acuerdo que ponga fin al cierre fronterizo ordenado por Caracas y a la deportación de centenares de colombianos.
“Fue una reunión positiva, amplia, franca”, aseguró Holguín en declaraciones a la prensa y añadió que se tocaron los temas de fondo de la crisis, relacionados con la criminalidad que padece la zona fronteriza.
“Tenemos problemas de bandas criminales dedicadas al narcotráfico y el contrabando, el problema del precio de combustible y el diferencial cambiario”, dijo la ministra.
El viernes entró en vigor un estado de excepción de 60 días decretado por el presidente venezolano, Nicolás Maduro, en zonas colindantes con Colombia tras un ataque hace una semana en el que tres militares y un civil venezolanos fueron heridos en la ciudad de San Antonio de Táchira durante una operación anticontrabando.
Un hecho por el que Maduro culpa a presuntos paramilitares y que motivó la deportación masiva de colombianos.
Holguín anunció también este miércoles que en los próximos días habrá reuniones conjuntas de los ministros de Defensa para establecer un plan de lucha contra las bandas criminales y dijo que Colombia fortalecerá su presencia “en 47 nuevos pasos informales” fronterizos.
La ministra indicó a su vez que Venezuela hará una propuesta para combatir el contrabando de combustible –fuertemente subsidiado en ese país– y que conjuntamente buscarán estrategias para evitar el paso ilegal de otros productos.
“De esa línea de cooperación con Venezuela no nos va a sacar absolutamente nadie”, sentenció Holguín.
Rodríguez, por su parte, aseguró que con la reunión se dio un primer paso “hacia la ruta que nos permita construir una nueva frontera”.
“Seguiremos trabajando para construir una frontera de paz (...) donde no se impongan las mafias producto de la violencia”, añadió, tildando a la vez de falsas algunas acusaciones de abusos contra colombianos deportados de Venezuela.
El cierre de la frontera y la deportación de más de un millar de colombianos generó una crisis humanitaria en la zona de frontera, atendida en la ciudad de Cúcuta por una delegación gubernamental que este miércoles encabezó el presidente Juan Manuel Santos.
Colombia y Venezuela comparten una porosa frontera de 2.219 km, donde ambos países denuncian la presencia de grupos guerrilleros, paramilitares, narcotraficantes y contrabandistas de combustible y otros productos fuertemente subsidiados por el Gobierno venezolano.