La Habana. AFP. El Gobierno de Colombia y la guerrilla comunista de las FARC han avanzado en el plan de desminado acordado en marzo y esperan empezar la limpieza de explosivos “cuanto antes”, informaron ayer ambas partes.
“La comisión de desminado va muy bien. Si no terminan hoy (de diseñar el plan), terminarán en el siguiente ciclo de diálogos”, dijo a la prensa una fuente de la delegación del Gobierno colombiano en La Habana.
“Aún no se revelan los nombres (de los lugares que serán limpiados inicialmente), porque hay que hablar con los alcaldes primero”, añadió la fuente, quien pidió no ser identificada.
Un responsable de la delegación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) afirmó que el plan de desminado “está avanzando”, pero no dio detalles.
La fuente del Gobierno dijo que las partes esperan “comenzar cuanto antes” la limpieza de minas, con apoyo de una “agencia noruega que trabajó en Afganistán” en igual tarea.
En principio, solo se limpiarán algunas zonas como parte de un plan piloto que se desarrollaría de aquí a diciembre.
“Son puntos donde transita población civil, pero son puntos remotos”, explicó el informante.
Negociaciones. El compromiso para limpiar las minas antipersonales sembradas en al menos 668 de los 1.100 municipios de Colombia durante el conflicto, es el primero que ponen en práctica las partes, que están negociando la paz en La Habana desde el 2012 .
El saldo de muertos y heridos de las minas antipersonales desde 1990 asciende a más de 11.000 víctimas.
Ambas partes han logrado además consenso sobre reforma rural, participación política y drogas ilícitas, pero estos pactos parciales no han sido instrumentados, porque las negociaciones de La Habana se basan en el principio de que “nada está acordado hasta que todo esté acordado”.
Por su lado, las FARC negaron ser los “supremos responsables” de la violencia armada, que ha producido 220.000 muertos y 5,5 millones de desplazados.
“No podemos aceptar que por fuera de contexto o por concierto mediático, se nos tome como supremos responsables, bajo la incitación de los verdaderos determinadores de la vorágine violenta que ha azotado al país”, dijo la guerrilla en un comunicado leído a la prensa por Marcos León Calarcá, uno de sus delegados.
Calarcá afirmó que “urge la evaluación inmediata en la mesa (de negociaciones) de los resultados del informe de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas , y su publicación masiva, para que el sol de la verdad alumbre y ayude a sanar las heridas”.
Este documento lo conforman informes individuales preparados por 12 académicos, presentados a las delegaciones de paz el 10 de febrero, con el fin de que sirvan de “insumo” a las negociaciones.
Las negociaciones enfrentan un complejo escenario desde que, en abril, guerrilleros mataron a 11 militares en una emboscada en medio de una tregua unilateral por tiempo indefinido de las FARC.
El apoyo de los colombianos al proceso de paz y la popularidad del presidente Juan Manuel Santos han caído desde entonces, según encuestas.