Sao Paulo. AFP. El expresidenteLuiz Inácio Lula da Silva, ícono de la izquierda brasileña, pidió a sus partidarios que lo respalden en las calles tras haber sido involucrado en el mayor caso de corrupción de Brasil, el de la estatal petrolera Petrobras.
La casa del exmandatario fue allanada el viernes por la madrugada y Lula fue llevado por policías a declarar, en una operación con efectivos armados.
La actuación de la justicia y de las fuerzas de seguridad recalentaron la crisis política que vive desde hace un año el mayor país de América Latina.
Brasil está hundido en una recesión económica y sacudido por las revelaciones de una trama de multimillonarios sobornos en la petrolera estatal.
El sábado, unos 500 simpatizantes de Lula se agolparon frente a su vivienda en Sao Paulo y hasta la propia presidenta Dilma Rousseff viajó desde Brasilia para apoyarlo personalmente .
Aún sin culpa. Por su parte, el juez federal Sergio Moro, quien conduce el caso por el escándalo de corrupción en Petrobras, afirmó en una nota de prensa que el interrogatorio policial al que fue sometido el expresidente no anticipa su “culpa”.
Fiscales brasileños sospechan que Lula aceptó millonarios favores de empresas constructoras acusadas de desfalcar a Petrobras, una causa que investiga el armado de un sistema político-empresarial de fraudes, destinados a financiar a fuerzas aliadas al gobierno y enriquecer a los involucrados.
La fotografía de Rousseff junto a Lula saludando desde un balcón contrastó con las celebraciones del viernes, en las que algunos brasileños convocaron a un festejo por las redes sociales para celebrar la acción policial que obligó al expresidente a declarar sobre el escándalo de corrupción que le costó más de 2.000 millones de dólares a Petrobras.
Es también un retrato del momento que vive Brasil, en el que Rousseff enfrenta dos procesos que podrían terminar anticipadamente su mandato y que son impulsados por una oposición en guerra contra su gobierno.
El carismático expresidente, de 70 años, dejó en el aire la posibilidad de disputar los comicios presidenciales de 2018 como candidato del PT. “A partir de ahora la respuesta que puedo dar es ir a las calles”, escenario que dijo conocer “mejor que nadie” por su pasado como sindicalista.
“Se tendrán que enfrentar a mí en las calles y a partir del lunes estoy dispuesto a viajar por todo el país. Si están necesitando de alguien para comandar la tropa, yo estoy aquí”, afirmó .
Una manifestación de apoyo al expresidente fue convocada para el martes, mientras la oposición prepara otra para el 13 de marzo en busca de la salida de Rousseff del gobierno.