Buenos Aires. AFP. Mauricio Macri, un empresario liberal de derecha, convocó el jueves la unión, luego de jurar como el presidente de una Argentina “con enormes desafíos”, manifestó, tras concluir el ciclo político más largo de la democracia en el país, que lideraron Néstor Kirchner y su esposa, Cristina Fernández.
Ante un jefe de Estado provisional, Macri juró en una ceremonia en la que estuvo ausente su predecesora , a raíz de un desacuerdo de protocolo que, a último minuto, zanjó la Justicia.
En su discurso inaugural, el expresidente del club Boca Juniors, de 56 años, convocó la unidad nacional, condenó la corrupción y el narcotráfico, prometió una justicia independiente, “sin jueces militantes”. También advirtió de que los problemas económicos y sociales no se resolverán de la noche a la mañana.
Macri dijo que “el país tiene sectores que piensan de diferentes maneras, pero no está dividido”, y agregó: “Ahora debemos unirnos para crecer y mejorar”.
Aunque en las afueras del Congreso unos cientos de seguidores aguardaron la juramentación de Macri ante Federico Pinedo, presidente provisional del Senado y a cargo del Poder Ejecutivo desde la medianoche, unos miles lo acompañaron hasta la Casa Rosada, sede de gobierno.
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Centenares de banderas argentinas ondearon a lo largo de unos tres kilómetros de su recorrido, escoltado por una guardia de honor de 300 granaderos a caballo. En la Casa Rosada, Pinedo colocó la banda y el bastón presidencial, los atributos de la discordia escandalosa entre Macri y Fernández.
“No vi la asunción de Macri”, dijo la expresidenta al embarcar en un vuelo comercial con destino a la provincia de Santa Cruz para asistir a la jura de su cuñada Alicia Kirchner, elegida gobernadora de ese distrito patagónico, indicó el diario La Nación.
En la Cancillería, el mandatario recibió el saludo de las delegaciones extranjeras, especialmente de sus pares latinoamericanos: Dilma Rousseff (Brasil), Michelle Bachelet (Chile), Horacio Cartes (Paraguay), Ollanta Humala (Perú), Evo Morales (Bolivia), Rafael Correa (Ecuador), Juan Manuel Santos (Colombia) y Tabaré Vázquez (Uruguay).
Polarización y visiones. Macri halla un país polarizado tras haber ganado con una pequeña diferencia la segunda vuelta del 22 de noviembre (51,33% contra 48,66%) a Daniel Scioli, candidato kirchnerista, presente en la Asamblea Legislativa durante la asunción.
Al hablar de las “distintas formas de ver la realidad”, Macri llamó al aporte de todos, “los de derechas y los de izquierdas, peronistas y no peronistas”, expresó el presidente, esperado con los brazos abiertos por los mercados financieros.
Fernández, quien la víspera fue despedida en un acto por decenas de miles de emocionados partidarios, faltó a la asunción con el bloque de diputados de su partido por la pelea del traspaso.
Un fallo judicial inédito estableció que el mandato de Fernández acababa el miércoles a las 23:59. Un minuto después barrios residenciales de la capital explotaron en expresiones de júbilo.
“Con todo esto del traspaso accidentado, Fernández logró seguir siendo la figura central aun con un presidente electo”, declaró el sociólogo Pablo Knopoff al estimar que eso quedó en lo anecdótico y “ya fue".
Ahora, Macri tiene “la gran oportunidad” para “llevar a discutir el macrismo ya no en referencia al kirchnerismo como oposición. Ese es su principal desafío”, indicó.
Al grito de “Argentina, Argentina” y “Sí, se puede”, Macri salió al balcón de la Casa Rosada junto a su esposa y su hija Antonia, de tres años, y fueron ovacionados por miles de simpatizantes.
Sin intimidarse, Macri se sacó la banda presidencial y volvió a bailar al son de una cumbia argentina que fue parte de su campaña y que le valió chistes, burlas y críticas por su empeño en hacer coreografías.
Macri llega a la presidencia con una economía estancada hace cuatro años, la inflación por el orden del 25% y las reservas sin condiciones de soportar su promesa de borrar de un plumazo las restricciones cambiarias que rigen desde el 2011.
En el frente externo, comenzará a negociar “rápidamente” con los fondos “buitres” para resolver el litigio por bonos impagos de la deuda, anunció un mediador judicial estadounidense.