Quito
Las fisuras en Alianza País, el partido de gobierno en Ecuador, hasta hace poco monolítico, se agravaron hasta transformarse en una ruptura al máximo nivel, cuando el presidente Lenín Moreno retiró todas sus funciones al vicepresidente Jorge Glas.
La decisión se dio a conocer mediante un decreto ejecutivo emitido el jueves, luego de que se hicieron públicas presuntas pruebas de corrupción con sobornos pagados por la empresa constructora brasileña Odebrecht y de una desafiante carta que Glas envió el miércoles.
En el poder desde el 24 de mayo, Moreno apartó a Glas de sus labores al frente de la millonaria reconstrucción de las zonas arrasadas por el terremoto de abril del año pasado, que dejó más de 600 muertos. También le retiró sus responsabilidades en los sectores productivo y tributario.
En el decreto, el mandatario argumentó que "la lealtad como el compromiso asumido por el proyecto político... implican servir a la patria en unidad de esfuerzos, lo cual no ha sido debidamente por el vicepresidente de la República", al tiempo que señaló ar que "una relación diáfana entre los gobernantes y sus mandantes... implica la transferencia de una información veraz sobre los grandes temas de interés nacional".
Más tarde, en rueda de prensa, Glas aseveró: "Mi actual situación es una clara retaliación política por actuar conforme con lo que me dicta mi conciencia. No podía estar impávido al estar al lado de una persona que continuamente ha atacado a nuestro proyecto revolucionario".
"Soy vicepresidente electo, constitucional de la República y yo terminaré mi mandato. Con o sin funciones, seguiré trabajando", aseguró.
Al ser elegido por voto popular, el vicepresidente no puede ser destituido por el gobernante. La única vía para suspenderlo del cargo es por medio de un juicio político desde la Asamblea (de mayoría oficialista), que rechazó tal posibilidad hace dos semanas.
Glas también denunció que ya no le permiten usar el avión presidencial, por lo que responsabilizó a Moreno de su seguridad.
En pleno receso legislativo, la bancada de Alianza País se reunió de urgencia este jueves para analizar el desencuentro entre Moreno y Glas y la profunda división en sus filas entre los partidarios de Moreno y del expresidente Rafel Correa (2007-2017).
Tras el anuncio del decreto, Correa inmediatamente reaccionó en Twitter y escribió: "¡Ups! ¡El "diálogo" solo ha sido para los que odian la Revolución!. Adelante, Jorge. Tómalo como una condecoración" .
Divorcio en la presidencia. La tensión en el gobierno empezó a intensificarse cuando la Contraloría vinculó a Glas y otros exfuncionarios con un nuevo caso de corrupción en el campo del petróleo.
Para el analista y catedrático Jorge León, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), el quiebre se debe a la naturaleza personalista del partido fundado por Correa.
"No funcionó como un partido, sino como una entidad de apoyo a Rafael Corea", dijo. Con el fin del mandato de este, perdió "la presencia del caudillo y el elemento que articula las partes... entonces el partido tiende a separarse", agregó.
Por su parte, el asambleísta de Alianza País, Jorge Yunda, expresó ante la situación: "Uno se siente como hijo de padres divorciados, no sabe si irse con la mamá, con el papá. Uno quiere a la mamá, quiere al papá y en estas circunstancias anhela que se hagan de buenas".
La tensión inicial se produjo en campaña para las elecciones presidenciales de abril luego de que la oposición acusó a Glas de liderar una red que recibió sobornos millonarios de la constructora brasileña Odebrecht, aunque sin presentar pruebas ni una denuncia formal.
Todo se agudizó esta semana cuando el periódico brasileño O Globo hizo público un audio de una presunta conversación entre el entonces contralor general Carlos Pólit y el exejecutivo de la empresa José Conceição dos Santos Filho.
En él se escucha al brasileño, uno de los arrepentidos que colabora con la Justicia de su país, afirmar: "Jorge Glas está ahí haciendo caja, pidiendo plata, mucho dinero... me había pedido plata para todos los contratos".
Odebrecht reconoció haber repartido sobornos por $33,5 millones entre funcionarios ecuatorianos a cambio de obtener la adjudicación de obras públicas. La Fiscalía revisa unos 30 contratos suscritos por esa firma con el Estado entre 1980 y el 2015 para verificar las condiciones en que fueron otorgados. El gobierno de Correa impulsó proyectos por alrededor de $1.600 millones con la empresa.
El fiscal general, Carlos Baca, indicó que el audio no es una prueba sino una pista de investigación, pero el presidente Moreno amenazó con "tomar decisiones" , sin ofrecer más detalles.
Glas le recordó en una carta que su triunfo obedeció a "la confianza de todo un movimiento político que le permitió ser candidato", y denunció el jueves que la medida adoptada por Moreno obedece a "pedidos" de la oposición y las grandes empresas, con los que -según él- el mandatario se habría aliado.
Choques con Correa. Desde que Moreno asumió el poder, el expresidente Correa se ha mostrado muy crítico con su forma de gobernar y por sus reuniones con adversarios y representantes de sectores que tradicionalmente se opusieron a su gestión, entre ellos la prensa privada y los indígenas.
El exmandatario ha calificado de "entreguismo" algunas acciones de Moreno, cuyo estilo es de menos confrontación y más mediático que el de su antecesor, quien sugirió además la existencia de un supuesto plan para destituir a Glas, uno de sus aliados más fieles.
Correa, quien reside en Bélgica, no ha dejado de acusar en Twitter a Moreno de presuntos pactos con la oposición y de falsear las cifras de la deuda externa que le heredó.
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El último episodio en el enfrentamiento se originó la semana pasada, cuando el gobernante, en una cadena nacional, divulgó datos "veraces, precisos y de acceso público" sobre la "crítica" situación económica del país y acusó al gobierno de su predecesor de haber tomado decisiones "que no fueron debidamente mesuradas".
El gobernante ha mostrado una posición más conciliadora que Correa y suele dialogar con otros partidos, sindicatos, industriales, banqueros, indígenas y periodistas, a los que el exmandatario siempre consideró rivales políticos.
"Si Alianza País calla ante esto, es mejor que desaparezca", escribió Correa en la red social en la que también tildó a Moreno de "desleal" y "mediocre".