México. AP y AFP. El Congreso mexicano concluyó ayer la aprobación de una reforma al notoriamente disfuncional sistema de educación pública, lo que significó una victoria clave para el presidente Enrique Peña Nieto en su esfuerzo por rehacer algunas de las instituciones que peor funcionan en el país.
A primeras horas de la madrugada, el Senado avaló con 102 votos a favor y 22 en contra una ley para implementar un sistema estandarizado de contrataciones y ascensos de profesores basado en evaluaciones, que dará al gobierno las herramientas para acabar con el control casi total del sindicato de maestros en el personal académico.
Ese control incluye el corrupto sistema de venta y herencia de plazas magisteriales, al que se atribuye gran parte del mal desempeño de las escuelas mexicanas, las cuales tienen costos relativamente más altos y los peores resultados entre los 34 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Impedir la aprobación de esta medida era el objetivo principal de los miles de maestros que durante las últimas dos semanas han desestabilizado ciudad de México con bloqueos temporales a los accesos de las cámaras del Congreso, el aeropuerto y las principales avenidas de la capital.
La nueva legislación, que será promulgada próximamente por el Poder Ejecutivo, prevé que a partir de julio del año próximo todos los profesores presentarán un examen cada cuatro años.
En caso de que un educador no apruebe la evaluación, tendrá oportunidad de presentar el examen dos veces más en un plazo de dos años. De no superar estas pruebas, su nombramiento de docente se dará por terminado y se le asignará otra tarea o se le ofrecerá un programa de retiro.
Rechazo. Los maestros inconformes, que forman parte de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) –una corriente disidente del Sindicato Nacional–, alegan que las evaluaciones tienen como propósito abrir la puerta a los despidos de docentes.
Además, creen que no tendrán en cuenta las complejas condiciones en las que dan clases en los estados más pobres del país, especialmente en el sur.
La CNTE llamó ayer a “una jornada de desobediencia civil” en el país, informó Rubén Núñez, uno de sus dirigentes.
En la ciudad de México, miles de maestros de la CNTE marcharon de nuevo la mañana de ayer por avenidas principales de la capital.
En cambio, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, uno de los mayores gremios de América Latina con sus 1,4 millones de afiliados, no ha participado en las protestas de la CNTE.
La antigua líder del Sindicato, Elba Esther Gordillo, fue detenida en febrero acusada de malversación de fondos.