Caracas
La Asamblea Constituyente de Venezuela se instalará el miércoles contra viento y marea.
El presidente Nicolás Maduro dijo el lunes que el "triunfo histórico" conseguido el domingo en las elecciones para escoger a los 545 miembros de ese cuerpo, le confiere "legitimidad", pues ocho millones de ciudadanos (41,5% del padron) votaron en favor.
"¿Qué carajos nos importa a nosotros lo que diga Trump?. Nos importa lo que dice el pueblo de Venezuela", expresó el mandatario en la madrugada.
La oposición, que se amalgama en la Mesa de Unidad Democrática (MUD), no solo descalifica esa votación, sino que ratificó el lunes que mantendrá las protestas hasta lograr "leciones libres" y un "cambio de gobierno", manifestó el dirigente y presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges. Además, descartó un diálogo con la Constituyente.
Esta sesionará en el edificio del Poder Legislativo y tendrá facultades absolutas para redacta la Ley Fundamental.
Borges indicó que la Asamblea Nacional continuará con su trabajo.
Por su lado, el expresidente legislativo Henry Ramos Allup, advirtió: "No hay connivencia ni coexistencia, ni nada que se le parezca. Tú no puedes convivir con un hampón en tu casa".
De acuerdo con el Consejo Nacional Electoral (CNE), ocho millones de personas acudieron a las urnas para escoger a los constituyentes, pero la MUD objeta ese nivel de participación y afirma que solo unos tres millones de venezolanos votaron.
La jornada electoral cobró 10 vidas con lo cual son 125 los fallecidos dede el 1.° de abril, cuando estallaron las protestas contra el régimen chavista.
Nada la frenará. Horas después de que el Gobierno de Estados Unidos anunció sanciones financieras contra Maduro, que afectarían bienes que este posea en ese país y prohíbe a los estadounidenses hacer negocios con el gobernante, este respondió en tono desafiante que ninguna medida lo intimidará ni frenará su propósito de instalar la Constituyente este miércoles.
"I'm so proud (estoy orgulloso), Mr. Donald Trump, dale pa' lante, pues. Se me sanciona porque no obedezco órdenes de gobiernos extranjeros", afirmó al recibir del poder electoral los resultados parciales de la elección de asambleístas. "No me intimidan las amenazas y sanciones del imperio, no me intimida nada en este mundo", declaró.
Según el mandatario, las sanciones anmunciadas por el Departamento del Tesoro reflejan la "impotencia" y "desesperación" del "magnate que es emperador de los Estados Unidos" al ver que no recibe órdenes de nadie.
Avivando algunos temores de que la Asamblea Constituyente sería usada por Maduro para consolidar su control sobre otros poderes, el gobernante advirtió en la víspera de que la Asamblea Constituyente incidirá en los sectores adversos al gobierno y entre sus primeras tareas estaría la reestructuración del Ministerio Público, lo que hace prever la inminente salida de la fiscala general, Luisa Ortega Díaz, chavista quien se convirtió en líder de un creciente movimiento disidente.
Ortega Díaz desconoció la elección y consideró que es parte de "una ambición dictatorial" de Maduro. Asimismo, descartó que vaya abandonar su cargo y sostuvo que el presidente ordenó la reestructuración del Ministerio Público porque ella es "incómoda" para los funcionarios involucrados en corrupción.
El mandatario, en el poder desde el 2013 después de la muerte de Hugo Chávez, también pidió los miembros del cuerpo que escribirá la nueva Constitución que revisen la inmunidad de los diputados y amenazó con encarcelar a los opositores que han promovido las protestas antigubernamentales de los últimos cuatro meses.