Caracas. AFP y EFE. La tensión política en Venezuela escaló el martes otro peldaño más cuando el presidente Nicolás Maduro descartó la convocatoria de un referendo para, eventualmente, revocarle el mandato.
Asimismo, consideró que “es cuestión de tiempo para que desaparezca” la Asamblea Nacional –controlada por la oposición desde enero– pues este cuerpo “perdió vigencia política”.
Por su lado, la Asamblea rechazó el martes el estado de excepción que decretó Maduro pues, alegó, constituye “una concentración de poderes”.
La jornada se caracterizó por una andanada de acusaciones expuestas por el gobernante. Entre ellas, la denuncia de la incursión de un avión militar estadounidense “con capacidades técnicas letales” en el espacio aéreo venezolano, en dos ocasiones, durante la última semana.
“Nuestra aviación militar detectó el ingreso ilegal, para labores de espionaje inusuales, del avión Boeing 707E3 Sentry , que es un sistema de alerta (...), que tiene todos los mecanismos para el espionaje”, dijo Maduro en una rueda de prensa en el palacio presidencial de Miraflores.
Esta aseveración se enmarcó dentro de lo que el mandatario denominó una campaña mediática internacional de “odio”, con centro en Washington, pero con tentáculos en Miami y Madrid.
Para Maduro, esa “campaña sin límites” que propicia el encono contra su país se explica en el tanto “sobre Venezuela se está montando un escenario de violencia para justificar una intervención militar extranjera, que encuentra fuerza luego del “golpe de Estado en Brasil ( suspensión del ejercicio de la presidencia por parte de Dilma Rousseff ).
Consulta ‘inviable’. Al dar por descartado el referendo para consultar sobre la vigencia de su mandato, arguyó que es “inviable” porque la oposición pretendió cometer un “fraude” con las firmas presentadas para pedirlo.
“Ninguna de las opciones que ha anunciado la derecha para acabar con la revolución y para derrocarme o revocarme tiene viabilidad política e histórica, y ninguna va a tener éxito”, afirmó al acusar a la oposición de “pretender hacerle fraude a la ley”.
Maduro dijo haber recibido un informe sobre “el desastre que está encontrando” en las firmas Jorge Rodríguez, quien encabeza la comisión del Gobierno que verifica el proceso de solicitud de referendo que inició la oposición.
Insistió: “Han pretendido hacerle fraude a la ley, burlar la voluntad y mal utilizar un recurso democrático (el referendo) para sus perversos intereses”.
El presidente, quien sostiene un continuo pulso político con la Asamblea Nacional, pronosticó la desaparición de este poder por pérdida de “vigencia política” y porque “está desconectada de los intereses nacionales”.
Previó, como en efecto fue, que el Parlamento rechazaría el estado de excepción porque los opositores “quieren acabar con la vida económica del país”.
La Asamblea consideró que la medida “profundiza la grave alteración del orden constitucional y democrático que padece Venezuela” y “representa un franco abandono de la Constitución por parte del Presidente”.
El Gobierno emitió el lunes un el decreto con el cual Maduro se otorga amplios poderes para enfrentar la crisis económica y contener la ofensiva de sus adversarios para sacarlo del poder.
El decreto, vigente durante 60 días, autoriza al Ejecutivo a adoptar decisiones para asegurar a la población el “disfrute pleno de sus derechos, preservar el orden interno” y disminuir los efectos de fenómenos climáticos que afectan la generación eléctrica y el acceso a los alimentos.
Entre las justificaciones, la ordenanza indica que la oposición pretende el “desconocimiento de todos los poderes públicos” y promueve la “interrupción del período” de Maduro, en alusión al referendo revocatorio.
La Asamblea Nacional, que está facultada por la Carta Magna para validar o negar los estados de excepción decretados por el jefe de Estado, ya había rechazado una emergencia económica y su prórroga en los últimos meses, que no obstante fue aprobada por el Tribunal Supremo de Justicia , una decisión que la oposición consideró como ilegal de parte de una instancia que califica al servicio del gobierno.