Caracas
Sin doblegarse, la oposición venezolana salió este sábado a la calles de Caracas para protestar contra el presidente Nicolás Maduro, con la libertad de expresión como bandera y con el recuerdo del cierre de la televisora RCTV, que se produjo hace 10 años, pero que los protestantes tienen muy presente todavía.
En momentos en que se cumplen 57 días de violentas protestas, que han dejado como saldo 58 muertos, la oposición prevé intensificar la presión contra el gobierno con nuevas movilizaciones a partir del lunes.
El cierre de la televisora RCTV por decisión del gobierno del fallecido Hugo Chávez fue "un golpe atroz contra la libertad de expresión", dijo al convocar la marcha de este sábado Julio Borges, presidente del Parlamento, único poder controlado por la oposición.
Con frontal línea opositora al expresidente socialista (1999-2013), RCTV era el canal de televisión abierta con mayor tradición y penetración en Venezuela. Había sido fundado en 1953.
Altos funcionarios defendieron en el 2007 la negativa de renovar la licencia de operación de RCTV con una política para "democratizar" las telecomunicaciones. Una televisora estatal, TVES, la sustituyó desde entonces.
"Uno no se entera de nada. Nos tenemos que informar por Facebook y las redes sociales, por internet, por canales internacionales. Y, además, sacaron a CNN del aire", se quejó Matilde Quintero, una jubilada que marchaba en Caracas con una gorra con los colores de la bandera venezolana.
La señal de CNN en Español fue sacada del aire por las cableoperadoras venezolanas por orden del gobierno de Maduro, que acusa a la cadena estadounidense de "propaganda de guerra".
Según el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), el cierre de RCTV abrió el camino a una "política de censura y autocensura" en medios de comunicación privados.
Represalias
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Mientras avanzaba la movilización opositora, jóvenes con los rostros cubiertos bloquearon con camiones la principal autopista de la capital.
El viernes, manifestaciones en Caracas y otras ciudades fueron reprimidas con gases lacrimógenos, perdigones y chorros de agua a presión. La oposición pidió a la Fuerza Armada cesar la "represión" y retirar su apoyo a Maduro.
Gobierno y oposición se culpan mutuamente por los hechos de violencia. Maduro denuncia que sus adversarios promueven "actos de terrorismo", mientras que éstos le responsabilizan por una "salvaje represión" de militares y policías.
Las protestas, que exigen elecciones generales, arreciaron por el llamado de Maduro a una Asamblea Constituyente con votaciones por "sectores sociales", lo que analistas y líderes opositores consideran una maniobra del presidente para evitar el voto universal y perpetuarse en el poder.
La gestión de Maduro, de acuerdo con encuestas privadas, es rechazada por siete de cada diez venezolanos en medio de una grave crisis económica, con la inflación más alta del mundo –proyectada en 720% este año por el FMI– y severa escasez de alimentos básicos y medicinas.