Caracas
La oposición venezolana superó la primera fase del proceso de referendo revocatorio del mandato del presidente Nicolás Maduro, con la validación, el lunes, de firmas y huellas recolectadas en junio.
La presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, anunció que fueron validadas 407.622 rúbricas, con lo cual la oposición alcanzó más del doble de las firmas requeridas para avanzar a la siguiente fase del proceso: una nueva recolección de firmas y huellas del 20% de los electores a fin de activar el referendo.
"Los veinticuatro estados cumplieron con el requisito del 1% de validación de manifestaciones de voluntad y la certificación será extendida por la secretaría", dijo la funcionaria.
De recolectarse las firmas del 20% de los electores, casi cuatro millones de personas, se logrará activar formalmente el referendo que, de realizarse en el 2016 y lograr una mayoría contra Maduro, significaría no solo su salida, sino la convocatoria a elecciones. Lucena, sin embargo, no especificó los pasos que debería seguir ahora la oposición para recolectar ese 20% de las firmas.
Si el referendo se efectúa hasta el 2017, los últimos dos años del actual periodo presidencial que comenzó en el 2013, deberán ser completados por el vicepresidente en turno, según la Constitución.
Algunas encuestadoras locales, como Datanálisis, sostienen que ante la baja popularidad que tiene Maduro –que ronda 23%– enfrenta un alto riesgo de perder un eventual referendo.
Un paso más. Al celebrar la superación de esta etapa, el dirigente opositor Henrique Capriles, uno de los principales promotores de la consulta, anunció que la oposición realizará entre el miércoles y jueves movilizaciones en los estados para promover la recolección de las firmas.
"Solo falta un paso y vamos todos los venezolanos por él (Maduro)! Van pa fuera", señaló Capriles en su cuenta de Twitter.
En un acto en la capital con funcionarios y legisladores oficialistas, y sin hacer mención a la decisión que tomó el CNE, Maduro afirmó, la noche del lunes: "La derecha no podrá conmigo, con la patria, ni con el pueblo".
En su carrera contrarreloj, la coalición opositora sigue apostando a que el referendo sea este año, pero desde el oficialismo esa opción ha sido descartada mientras insiste en que los opositores cometieron fraude al recolectar firmas para la consulta.
Lucena indicó que solicitará al Ministerio Público que abra una investigación por los casos de 1.326 personas cuyas huellas digitales no coinciden con los registros de las autoridades electorales, y los casos de 198 personas que habrían intentado varias veces validar sus firmas.
Al explicar los alcances de esta etapa, Lucena dijo que el organismo realizará un informe del proceso en el que incluirá dos comunicaciones de la Fiscalía General sobre las averiguaciones que se adelantan de las supuestas irregularidades que se dieron en la recolección de firmas, y la solicitud que realizó la semana pasada el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela para que se cancele el registro de inscripción de la alianza opositora como solicitante del referendo.
El presidente del Congreso, el diputado opositor Henry Ramos Allup, afirmó que ante la situación que atraviesa Venezuela, se requiere una salida electoral en el 2016 año para evitar que la situación se complique.
"Nadie puede predecir cuál será el resultado de esta crisis. Puede ocurrir un reventón social o un golpe de Estado, por eso es que estamos empeñados en darle una salida constitucional a esta tragedia y eso es el referendo revocatorio para este año", dijo.
Desacato. Por otra parte, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) declaró en desacato a la mayoría opositora en el Parlamento, por haber juramentado a tres diputados a quienes esa corte había ordenado separar de sus cargos.
La decisión del TSJ anunciada este lunes determina "el desacato en el que ha incurrido la Junta Directiva de la Asamblea Nacional y los demás diputados del sector opositor al Gobierno nacional", señala un comunicado.
Maduro enfrenta este proceso en medio de una compleja crisis económica dominada por una desbordada inflación de tres dígitos y severos problemas de escasez que golpean la popularidad del Gobierno.