México. AFP. El papa Francisco llamó la atención a la clase política para que trabaje por una “justicia real” y “seguridad efectiva” y también instó a los obispos a tener coraje para enfrentar el narcotráfico , al iniciar este sábado su agenda oficial en México.
En la primera visita de un pontífice al Palacio Nacional de México, donde se reunió con el presidente Enrique Peña Nieto, Francisco sostuvo ante un auditorio lleno de políticos que “a los dirigentes de la vida social, cultural y política les corresponde, de modo especial, trabajar para ofrecer a todos los ciudadanos justicia real, seguridad efectiva, un ambiente sano y de paz”.
Su mensaje tiene significado en México , un país golpeado por la violencia, la pobreza, la impunidad y la corrupción.
“Cada vez que buscamos el camino del privilegio o beneficio de unos pocos en detrimento del bien de todos, tarde o temprano la vida en sociedad se vuelve un terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico, la exclusión de las culturas diferentes, la violencia e incluso el tráfico de personas, el secuestro y la muerte”, dijo Francisco.
Peña Nieto, a su vez, dijo al Papa : “Su presencia entre nosotros contribuye a reafirmar nuestra vocación colectiva por la paz y la fraternidad, por la justicia y los derechos humanos”.
“Las causas del Papa son también las causas de México”, añadió el presidente.
La presencia de Francisco en el Palacio fue simbólica en el segundo país con más católicos del mundo, pero con una larga tradición laica y que apenas en 1992 restableció relaciones diplomáticas con el Vaticano.
Ambos discursos fueron seguidos a través de pantallas gigantes por miles de fieles que se apostaron en el céntrico Zócalo, una plaza construida sobre las ruinas de templos prehispánicos y donde se encuentran la catedral y el Palacio Nacional.
“El Papa puso en vergüenza al Gobierno con todo lo que dijo. A ver si Peña Nieto ahora hace las cosas bien. Si no es por convicción, al menos por vergüenza”, manifestó Ramiro Sosa, un comerciante de 56 años de Veracruz, un estado asolado por el crimen organizado.
Poco después, el Pontífice se encontró con los obispos y arzobispos mexicanos en la catedral metropolitana, donde los instó a enfrentar el narcotráfico “con coraje profético”.
“La proporción del fenómeno (del narcotráfico), la complejidad de sus causas, la inmensidad de su extensión (...) la gravedad de la violencia que disgrega y sus trastornadas conexiones, no nos consienten a nosotros, pastores de la Iglesia, a refugiarnos en condenas genéricas, sino que exigen un coraje profético”, manifestó.
Primera misa. Después de un descanso en la Nunciatura, Francisco se trasladó en el papamóvil a la Basílica de la Virgen de Guadalupe, donde un mar de gente apostada a lo largo del camino ondeaba banderas del Vaticano.
En el santuario, el Papa pronunció una sentida homilía de homenaje a la Virgen y hacia los más olvidados y, posteriormente, protagonizó uno de los momentos más emotivos del día al cumplir su “deseo más íntimo” de rezar solo y en silencio frente a la imagen de La Morenita.
Tras la visita a la Basílica, el Pontífice abordó un vehículo cerrado para regresar a la Nunciatura, donde pasó la noche.
Este domingo, Francisco visitará Ecatepec , una ciudad de la periferia de la capital que vive un repunte de violencia, especialmente contra las mujeres.
El lunes estará en Chiapas , el estado más pobre e del país, y el martes irá a Morelia, capital del estado de Michoacán.