Brasilia. AFP y AP. Decenas de miles de personas salieron el jueves a la calle en 21 estados brasileños para denunciar una tentativa de “golpe de Estado” contra la presidenta Dilma Rousseff, amenazada por un proceso de destitución en el Congreso.
Los manifestantes también defendían al exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), investigado por presunta corrupción en el marco del caso Petrobras.
Las principales manifestaciones tuvieron lugar en Brasilia y São Paulo.
En la capital, unas 50.000 personas (el doble, según los organizadores) salieron desde el Estadio Mané Garrincha hacia la plaza de los Tres Poderes, con globos y banderas de la Central Única de Trabajadores (CUT) y de diversos grupos sociales.
Las pancartas denunciaban “las mentiras de los medios” y una campaña “de odio”.
“Todo este movimiento por el impeachment (juicio político) está generando odio entre los brasileños. Siempre fuimos alegres y cariñosos. Además de defender la democracia, estamos acá para defender el amor”, afirmó Celina Nascimento, una profesora de 48 años.
En São Paulo, centro económico y financiero del país, había unos 50.000 manifestantes, según los organizadores.
Marco Aurelio Claro, un camionero de 44 años, contó que siempre fue un simpatizante del Partido de los Trabajadores (PT), de Lula y Rousseff, pero que solo este año sintió “la necesidad” de pedir su carta de afiliación, “por todo lo que está pasando”.
“La democracia lleva poco tiempo en Brasil y ahora que se estaba consolidando, la quieren romper. La economía está parada desde hace un año a causa de los lamentos de quienes perdieron las elecciones” del 2014, cuando Rousseff fue reelegida, manifestó Claro, quien estaba en la protesta junto a su hijo pequeño.
En Río de Janeiro, entre 5.000 y 10.000 personas, según una estimación de un periodista de la AFP, se habían concentrado al caer la tarde en la plaza Largo da Carioca, en el centro de negocios de la ciudad.
Felipe Canedo, un crítico de cine, de 27 años, lamentó que la mayor parte de los manifestantes diera señales de adhesión al PT.
“Esta manifestación es muy petista. Pero me parece importante estar acá, porque estoy contra el impeachment ”, declaró.
Punto para Lula. Mientras se sucedían esas manifestaciones, la Corte Suprema de Justicia de Brasil anunció el jueves que el juez Sergio Moro no seguirá con la investigación por corrupción en contra de Lula.
En una decisión de ocho votos a favor y dos en contra, la Corte, el más alto tribunal del país, le quitó la competencia del caso Lula al juez Sergio Moro, que lidera una investigación de un entramado de corrupción de sobornos a cambio de contratos en la empresa estatal petrolera Petrobras.
Moro Este juez de la provincia de Curitiba se ha vuelto en una figura importante del aparato judicial brasileño en los últimos dos años mientras adelantaba la pesquisa en la que han sido involucrados acaudalados hombres de negocios y prominentes figuras del espectro político brasileño.
Moro fue acusado de no actuar imparcialmente a principios del mes, cuando o rdenó detener temporalmente y conducir a Lula da Silva para que se le tomara una declaración en un interrogatorio como parte del caso Petrobras.
Los simpatizantes del exgobernante sostienen que el juez está orquestando una campaña en contra del líder del Partido de los Trabajadores y temían que ordenara detener a Lula por tiempo indefinido.