México. AFP. Espoleada por una fuerte caída en la producción en los últimos años, la empresa estatal Petróleos Méxicanos (Pemex) apunta a la búsqueda de socios privados en proyectos conjuntos de exploración y extracción de hidrocarburos.
En esta línea, el presidente Enrique Peña Nieto anunció ayer un proyecto de reforma constitucional que mantendría a Pemex en manos del Estado.
La iniciativa que propone Peña Nieto para modernizar a Pemex prevé modificaciones de los artículos 27 y 28 de la Constitución para que la compañía pueda celebrar “contratos de utilidad compartida” con empresas privadas en exploración y extracción, de acuerdo con un resumen oficial del proyecto.
También propone otorgar “permisos” para que Pemex se asocie con particulares en refinación, petroquímica, transporte y almacenamiento, actividades que hasta ahora asume completamente la compañía estatal.
“El petróleo y los demás hidrocarburos continuarán como patrimonio exclusivo de la nación” y Pemex seguirá siendo una empresa “100% propiedad de la nación”, recalcó Peña Nieto en la presentación de la iniciativa.
Urgencia de inversión. El secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, sostuvo que el Gobierno debe buscar nuevas inversiones en tecnología al no haber podido compensar el agotamiento de los yacimientos convencionales , pese a que la inversión pública “se ha sextuplicado en los últimos 15 años” en el ramo.
De 3,4 millones de barriles diarios en el 2004, la producción de la estatal pasó a 2,5 millones el año pasado lo que sitúa a México como el décimo país productor mundial, según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), a la que no pertenece.
Las reservas probadas de México también disminuyeron 31,2% entre el 2003 y el 2012: pasaron de 20.077 a 13.810 millones de barriles.
México buscará ahora explorar las aguas profundas (profundidad de entre 500 y 1.500 metros) y ultraprofundas (más de 1.500 m) del golfo de México (este), de las cuales aún no ha podido extraer crudo.
“En este tipo de yacimientos ningún país en el mundo se aventura solo. Hay que compartir los cuantiosos riesgos”, dijo Coldwell.
Ecuador, Bolivia e Irán son los únicos países del mundo que han optado por los “contratos de utilidad compartida” para la inversión privada en el sector petrolero, aseguró Enrique Ochoa, subsecretario de Hidrocarburos.
Hasta el momento, Pemex solo tiene contratos de servicios en diferentes etapas de la cadena de producción y los riesgos los corre exclusivamente la empresa estatal.
El texto de Peña Nieto persigue también darle un nuevo régimen fiscal a Pemex –actualmente aporta un tercio de todos los ingresos públicos de México– y mejorar la transparencia del gigante, aquejado de problemas de corrupción.
Peña Nieto auguró que la producción petrolera mexicana podría incrementarse con su reforma a tres millones de barriles en el 2018.
El texto también contempla medidas similares para particulares en el sector eléctrico, pero mantiene el control estatal de la Comisión Federal de Eletricidad.
La reforma de Pemex despierta sospechas en la izquierda política y en sectores sociales que ven detrás una intención de entregar rentas petroleras al sector privado.