Brasilia. AFP. La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, sostuvo este martes que el proceso de destitución en su contra, que ahora evalúa el Senado tras ser aprobado por los diputados, traerá inestabilidad al gigante suramericano.
“Esto no traerá estabilidad política al país. ¿Por qué no trae estabilidad política al país? Porque rompe la base de la democracia”, afirmó Rousseff en una conferencia de prensa con corresponsales internacionales.
La mandataria izquierdista insistió en que el proceso de destitución en su contra “es un golpe” pues “está revestido de un pecado original, porque no tiene base legal”.
Para Rousseff, todo esto se trata de una “explícita venganza” orquestada por el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, del centrista PMDB, después de que el Partido de los Trabajadores decidió apoyar una investigación en su contra en el Comité de Ética de esa Cámara.
“Esto no es un proceso de impeachment , sino un intento de elección indirecta por parte de un grupo que, de otro modo, no tendría las condiciones de hacerse elegir” en comicios regulares, sostuvo la presidenta.
Rousseff es acusada de haber maquillado las cuentas públicas para ocultar un déficit en el 2014, el año de su reelección, y en 2015, año en que la economía de Brasil entró en recesión.
Si la moción en el Senado se aprueba y el juicio se instala, Rousseff sería separada transitoriamente del cargo y sustituida por su vicepresidente, Michel Temer, a la espera de una decisión definitiva de los senadores en un plazo de 180 días.
Si la mandataria es hallada culpable tras el juicio, el mandato hasta el 2018 concluiría en manos de Temer, a quien Rousseff ha llamado “traidor” .
Rousseff criticó que el proceso esté revestido de “gran prejuicio contra la mujer. Tienen actitudes conmigo que no tendrían con un presidente hombre”, aseguró.