Decenas de ejecutivos y exejecutivos de la mayor empresa brasileña han sido detenidos como parte de la investigación del mayor escándalo de corrupción que ha puesto en vilo a la Presidencia, así como al gobernante Partido de los Trabajadores. Estalló durante la campaña electoral y llegó a amenazar la candidatura de Rousseff a la reelección.
Hasta ahora, han detenido al exdirector de Servicios de Petrobras , Renato Duque, y a otras 26 personas, entre quienes figuran los presidentes de las empresas que colaboraron con la petrolera, como Camargo Correa, Queiroz Galvão, OAS, Iesa y UTC.
La mayoría de estas firmas son del sector construccion.
Para la presidenta, la diferencia en el caso de Petrobras es que ha salido a la luz.
“El hecho de que lo estemos investigando de manera absolutamente abierta es una diferencia inmensa”, dijo Rousseff en una conferencia de prensa al término del G20, que reunió durante el fin de semana a las principales economías del planeta en la ciudad australiana de Brisbane.
Justicia. La mandataria agregó que no se puede pensar que es el primer caso de corrupción en Brasil, sino que es el primer caso investigado que implica al sector público y privado.
No obstante, la presidenta alertó de que no se puede condenar a los acusados antes de que la justicia se pronuncie, ni condenar a la empresa.
En cuanto a las manifestaciones contra su gobierno y contra la corrupción, afirmó no estar de acuerdo con el tenor de las mismas, pero aclaró que no tiene nada ni a favor ni en contra del derecho a la manifestación.