Brasilia. AFP. Brasil quedó sepultado este jueves en un lodazal de acusaciones de corrupción por el fraude a Petrobras : la supuesta declaración de un senador que acusa a la presidenta Dilma Rousseff de estar involucrada en el escándalo, se filtró a la prensa y la Corte Suprema envió a juicio al jefe de diputados por el mismo caso .
Las noticias cayeron como una bomba en Brasilia, en un día negro que comenzó con la noticia de que la economía se derrumbó un 3,8% en el 2015 y el país se encamina a su peor recesión en un siglo.
La revista IstoÉ publicó este jueves supuestas afirmaciones del senador oficialista Delcidio Amaral, en las que acusó a Rousseff de intentar obstruir la investigación de Petrobras con el nombramiento de un juez de apelación afín a su gobierno, y al expresidente Luiz Inacio Lula da Silva de estar al tanto de la trama de corrupción.
El artículo encendió la ira del Gobierno y la propia mandataria advirtió, indignada, de que las filtraciones a la prensa no pueden ser usadas como un arma política. La mandataria no mencionó a Amaral, implicado en el Petrolao , y que según la publicación, habría acordado colaborar con la Justicia para reducir una eventual condena.
“Las filtraciones apócrifas, selectivas e ilegales deben ser repudiadas y tener su origen rigurosamente investigado, ya que hieren la ley, la justicia y la verdad”, afirmó Rousseff en un comunicado.
“Repudiamos, en nombre del Estado democrático de derecho, el uso abusivo de filtraciones como arma política”, porque “no contribuyen a la estabilidad del país”, añadió.
El abogado general del Estado y exministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, también asumió la defensa de la jefa de Estado y dijo que las acusaciones eran “un conjunto de mentiras”.
En medio de un clima de crisis, el jefe de gabinete Jacques Wagner dijo que Rousseff había recibido la noticia “con indignación” y que estaba “preocupada”.
Sobre Amaral. La Fiscalía de la República informó de que no existe un acuerdo de colaboración con Amaral, exlíder del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) en el Senado y una de las espadas de Rousseff en el Congreso, hasta que fue arrestado, acusado de obstaculizar el caso Petrobras.
Las llamadas delaciones premiadas se vuelven públicas si las homologa la Corte Suprema.
Amaral pasó casi 90 días encarcelado por ofrecer dinero y una ruta de fuga a uno de los exdirectivos de Petrobras que están detenidos, y desde febrero enfrenta su proceso en libertad.
El senador emitió este jueves un comunicado en el que no confirma las afirmaciones que le atribuyó IstoÉ y que fueron duras con Lula, el mayor capital político del atribulado PT que gobierna Brasil desde el 2003.
Mientras tanto, el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha , que está en guerra abierta con Rousseff, se convirtió este jueves en el primer legislador protegido por fueros que deberá sentarse en el banquillo de los acusados para responder por el caso de Petrobras.