San José
Un choque de opiniones sobre la situación de Venezuela confrontó a los premios Nobel de la Paz, el costarricense Óscar Arias Sánchez, y el argentino Adolfo Pérez Esquivel, en una aparición pública en Rosario, a 300 km de Buenos Aires, Argentina.
Esquivel, galardonado con el Nobel en 1980, hizo una aguerrida defensa del gobierno de Nicolás Maduro al decir que "no es dictatorial", sino "constitucional" y que está siendo atacado desde hace mucho tiempo por Estados Unidos, país que no quiere "perder su patio trasero".
"El chavismo avanzó en superar la pobreza, el hambre y la desigualdad. Nunca agradó a Estados Unidos que desde siempre ejerce un hostigamiento sobre la política bolivariana", declaró Pérez Esquivel, premiado en 1980, según consignó el diario El Clarín.
Arias, premiado en 1987, le respondió que "el chavismo le hizo mucho daño a su gente" y que en la actualidad no existe en el mundo un gobierno tan "dañino" para su pueblo como el que comanda Maduro. Admitió avances en la distribución de la riqueza, una meta que, en su opinión, se alcanzó "destruyendo la economía".
"Los venezolanos pagarán un precio muy caro cuando pasen la página del chavismo. Hoy ya afrontan una profunda crisis económica y humanitaria. Yo me solidarizo con su pueblo", agregó Arias, según consigna el periódico argentino.
Ambos participaron en un debate de cinco premios Nobel de la Paz, en el marco de la acción "Voy por la paz", organizada por la Fundación para la Democracia, con sede en la ciudad de Rosario. El objetivo del encuentro era trazar estrategias par la paz, pero, en el caso de Arias y Pérez, Clarín y la agencia de noticias AFP destacaron las divergencias sobre Venezuela.
Además de ellos dos, participaron en el debate la abogada iraní y defensora de los derechos humanos Shirin Ebadi, galardonada en 2003; la activista indígena guatemalteca Rigoberta Menchú (1992) y el político y sindicalista polaco Lech Walesa (1983).
"En una agenda de temas dominada por la frágil situación de la paz en el mundo, la carrera armamentista y los negocios asociados a las guerras, el capítulo venezolano tuvo un protagonismo central sobre todo en la charla entre los tres Premios latinoamericanos", informó la agencia francesa de noticias AFP.
Pérez Esquivel afirmó que el gobierno de Caracas "sufre un intento de golpe blando" propiciado por Estados Unidos y por "la infiltración permanente de grupos parapoliciales desde Colombia", pero Arias indicó que, desde su punto de vista, Venezuela "dejó de ser una democracia hace mucho tiempo".
Las democracias "no tienen presos políticos", afirmó el costarricense.
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"Venezuela tiene un gobierno constitucional, pero Estados Unidos no quiere perder su poder sobre su patio trasero, por eso el hostigamiento", dijo Pérez.
Arias replicó que "hace rato que el gobierno de Venezuela daña a su pueblo" con "expropiaciones, libertades coartadas, inflación y crisis humanitaria".
"El chavismo le ha hecho mucho daño a su gente, pocos países están atravesando una situación tan mala a nivel mundial como Venezuela", explicó el expresidente costarricense, quien dijo que "Hitler también llegó al poder por los votos".
Rigoberta Menchú Tum y la abogada iraní Shirin Ebadi, premiada al ser la primera mujer en ser jueza en su país, tuvieron discursos más moderados.
La guatemalteca llamó a hacer un "diagnóstico profundo sobre Venezuela para luego saber en qué se puede colaborar", aunque habló de la "histórica resistencia venezolana" frente a las "grandes especulaciones del petróleo" y "las guerras por su capital".
Ebadi, en tanto, se definió crítica a la política exterior de Estados Unidos, pero dijo que, a su juicio, el gobierno venezolano no puede justificar que "pisa los derechos de sus ciudadanos" por su enemistad con Estados Unidos y que esa disputa no le da "legitimidad" a sus atropellos, consignó Clarín.