Caracas y Panamá. AFP y EFE. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, rompió ayer las relaciones diplomáticas y suspendió las comerciales con el Gobierno de Panamá luego de que este propuso que la OEA considerara llamar a una reunión de cancilleres para analizar la crisis en ese país.
“Frente a la conspiración abierta del embajador del Gobierno panameño en la OEA, he decidido romper relaciones políticas y diplomáticas con el Gobierno actual de Panamá, y congelar todas las relaciones comerciales y económicas desde este momento”, dijo Maduro durante la ceremonia de conmemoración del primer aniversario de la muerte del mandatario Hugo Chávez.
“Nadie va a conspirar impunemente para pedir una intervención contra nuestra patria. ¡Ya basta! Llamo al pueblo a unirnos”, agregó Maduro en un encendido discurso en el que acusó al “gobierno lacayo” de Ricardo Martinelli de colaborar con Estados Unidos con el propósito de crear las condiciones “para que la OEA y otros organismos den un paso de intervención” en el país.
Minutos más tarde, en un mensaje en la red social Twitter, Martinelli se declaró sorprendido por la decisión de Maduro.
“Sorprende decisión del Gobierno de Venezuela. Panamá solo anhela que ese hermano país encuentre la paz y fortalezca su democracia”, escribió Martinelli.
Pocas expectativas. Por solicitud del Gobierno panameño, la Organización de Estados Americanos (OEA), con sede en Washington, anunció ayer que hoy celebrará una reunión privada para decidir si llama a los cancilleres para buscar soluciones al clima de protestas en Venezuela, que han dejado al menos 18 muertos en un mes.
Empero, es poco probable que prospere la iniciativa panameña, según fuentes cercanas al organismo hemisférico.
La cita se producirá un día después de que Venezuela rechazó la posibilidad de que la OEA envíe una misión para mediar en el país suramericano.
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, reveló ayer que el martes propuso al embajador venezolano, Roy Chaderton, la posibilidad de conformar una misión que aceptaran tanto el Gobierno como la oposición, y recibió una respuesta negativa.
Por tanto, en la reunión de hoy hay “pocos visos de que prospere el envío de una misión”, una propuesta que ni siquiera genera consenso” entre los embajadores, dijeron fuentes cercanas a las conversaciones, que pidieron el anonimato.
Maduro, en tanto, expresó: “Voy a responder con fuerza y contundencia a cualquier intento de cualquier Gobierno de América de meterse en los asuntos internos de Venezuela; no acepto intervencionismo en el país”.
Venezuela cumple un mes ininterrumpido en alerta por una ola de protestas antigubernamentales contra la galopante criminalidad, la alta inflación y la recurrente escasez de bienes básicos.
Las relaciones entre Venezuela y Panamá ya venían tirantes desde semanas atrás, cuando Maduro llamó a consultas a la embajadora en Panamá, país al que acusó de injerencia tras varias de declaraciones de altos responsables sobre la violencia en Caracas.
En respuesta, Martinelli tomó la misma decisión de convocar al embajador y días después propuso la reunión de cancilleres.