Washington
La canciller venezolana, Delcy Rodríguez, rechazó este lunes un debate previsto el martes en la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre su país, y acusó a una "facción minoritaria" de miembros del foro continental de conducir una campaña "injerencista" contra Caracas.
En el salón Simón Bolívar de la OEA, en Washington, bajo la mirada del líder independentista, Rodríguez reiteró que el Gobierno venezolano pedirá evaluar la actuación del secretario general de la organización, Luis Almagro, a quien vinculó con las acciones contra su país y tachó de "mercenario".
Rodríguez acudió a "denunciar las graves acciones injerencistas que en esta Organización vienen acometiendo tanto su secretario general como una facción minoritaria de algunos países de nuestra región", según dijo ante el pleno de 34 países miembros.
El jueves pasado, 14 países integrantes de la OEA exhortaron a Caracas a liberar los "presos políticos", devolver todas las facultades al Parlamento controlado por la oposición y convocar elecciones de gobernadores que han sido postergadas indefinidamente desde el año pasado.
Esa declaración tuvo el apoyo de Almagro, quien equiparó a Venezuela con una "dictadura" y sugirió hace dos semanas en un voluminoso informe de 75 páginas suspender de la OEA al país, conforme a la Carta Democrática Interamericana, en caso de que no convoque en breve a elecciones generales "libres".
Pero, según la ministra venezolana, los 14 países y Almagro buscarían "crear el ambiente en la comunidad internacional de que algo grave ocurre en Venezuela que justifique la intervención en todas sus condiciones" en su país.
En esos esfuerzos, el diplomático uruguayo está "respaldado desde Washington", aseveró.
"Almagro es un mentiroso, deshonesto, malhechor y mercenario, traidor de todo lo que representa la dignidad de un diplomático latinoamericano", expresó Rodríguez, sentada a la izquierda del excanciller uruguayo.
Un grupo de 18 países había convocado una reunión extraordinaria del Consejo para el martes para "discutir la situación" de Venezuela, sumida en una crisis institucional y económica, pero la cancillería venezolana había pedido su suspensión acusando a Estados Unidos de dirigir una campaña de "acoso" contra el presidente Nicolás Maduro.
Objeto de negociación. Según Rodríguez, Venezuela es usada como un "objeto a negociar" entre el nuevo gobierno del presidente estadounidense Donald Trump y los "gobiernos de derecha" de América Latina.
Y advirtió de que si esas acciones persisten Caracas tomará medidas "severas y definitorias".
La ministra también apuntó acciones contra Almagro, quien fue canciller del presidente José Mujica antes de convertirse en un acérrimo crítico de Caracas desde que asumió la jefatura de la OEA, en el 2015.
Horas después de que el máximo tribunal venezolano instó al Poder Ejecutivo proponer la "remoción" de Almagro como jefe de la OEA, Rodríguez anunció que pedirá una reunión en el Consejo Permanente para discutir la "actuación ilícita" del secretario general, aunque Caracas no ha formalizado la convocatoria.
Antiguos gobiernos aliados como Brasil y Argentina han criticado abiertamente a Maduro, pero el mandatario, heredero político del fallecido líder socialista Hugo Chávez, cuenta con el apoyo de la docena de países del Caribe a los que Venezuela por años ha suministrado petróleo en condiciones preferenciales.
Además tiene el respaldo de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). Las representaciones de Bolivia y Nicaragua intervinieron a favor de Venezuela.
Sin embargo, poco garantiza que estos países puedan evitar la realización del debate el martes, convocado por 18 de los 34 miembros activos de la OEA (Cuba fue readmitida, pero no asiste a las reuniones del organismo).
Venezuela está sumida en una crisis de escasez de medicinas y alimentaria, y la oposición acusa a Maduro de mantener un centenar de "presos políticos".
En paralelo, los venezolanos padecen la inflación más alta del mundo, que, de acuerdo con el FMI, cerró 2016 en 475% y podría llegar a 1.660% este año.
Venezuela ya sufrió un revés diplomático en la región tras ver cesados sus derechos como Estado miembro del Mercado Común el Sur (Mercosur) en diciembre por no haber cumplido una serie de disposiciones comerciales y políticas.
Los gobiernos del continente están en un periodo de "apreciación colectiva", previsto en la Carta Democrática, sobre la situación interna en Venezuela, desde junio de 2016, cuando Almagro presentó la primera parte de su demoledor informe.
Pero han sido cautos en avanzar hacia medidas más drásticas.
Según los apartados de la Carta Democrática, si las gestiones diplomáticas resultan infructuosas, una asamblea general extraordinaria de la OEA podría decidir, con el voto afirmativo de dos tercios de los 35 Estados miembros, la suspensión del país.