Caracas. AP y AFP. Opositores y chavistas volvieron a medir fuerzas ayer en distintas marchas por la capital venezolana y otras ciudades del país, en medio de la tensa situación producto de más de dos semanas por protestas que dejaron nueve muertos y unos 137 heridos.
La capital venezolana amaneció ayer en calma, con algunas calles y avenidas en el este de la ciudad llenas de basura y escombros que dejaron algunos manifestantes que salieron durante la noche del viernes a protestar contra el gobierno de Nicolás Maduro.
Oposición. Las marchas principiaron cuando el líder opositor Henrique Capriles convocó ayer al menos 50.000 personas en Caracas, quienes reclamaron por la paz.
En Caracas, los adversarios a la administración de Maduro respondieron al llamado de Capriles llenando varias avenidas del municipio de Sucre (este), para exigir el desarme de los paramilitares y protestar por la crisis económica.
“Ya no aguantamos la situación del país. No es justo que siendo uno de los países más ricos del mundo no podamos ni conseguir comida, que nos maten a nosotros y a nuestros amigos y que cuando protestamos nos repriman”, expresó Joel Moreno, estudiante de 24 años.
Las manifestaciones de la oposición se replicaron en muchas ciudades como Mérida (oeste), Puerto La Cruz (noreste) y Puerto Ordaz (sur). En ninguna de ellas se reportaron incidentes.
En San Cristóbal , estado de Táchira, oeste del país), foco de disturbios que llevaron al gobierno a enviar paracaidistas, se desarrolló una de las mayores marchas opositoras, con miles de personas vestidas de blanco,
Con su convocatoria a esta marcha, Capriles vuelve a colocarse como cabeza visible de la oposición, después de que en los últimos días el protagonismo estuvo dominado por el sector radical de la Mesa de Unidad Democrática, cuyos dirigentes promueven la estrategia de ocupar las calles para conseguir, bajo la consigna de la salida”, un cambio de gobierno.
Chavistas. Por otro lado , en el centro de la capital, decenas de miles de personas que respaldan a Maduro, vestidas de rojo y blanco y con flores en las manos, protagonizaron una “marcha de mujeres por la paz y por la vida”.
La caminata chavista pretendía denunciar la violencia y los destrozos causados por las protestas estudiantiles, que el gobierno califica de “golpe de Estado en desarrollo”.
“Venezuela es un país de paz y no pueden venir a transformar lo que es. ¿Por qué vienen estos estudiantes? Somos gente de paz. Esperamos que todo se normalice. Que dejen gobernar a este presidente, que fue electo democráticamente", expresó Josefina Lisset, de 54 años.
Aunque ambas marchas tuvieron lugar en zonas opuestas de Caracas, la posibilidad de que confluyeran en algún punto de la ciudad levantó las alarmas en un país altamente polarizado y que tiene presente los sucesos de abril del 2002, cuando una manifestación opositora hacia el palacio de Miraflores derivó en un fugaz golpe de Estado contra el presidente en ese momento, Hugo Chávez.