A principios de esta semana, el semblante de un atractivo veinteañero apareció en varios noticieros alrededor del mundo y la reminiscencia fue casi inmediata, pues pese a que ya pasaron 15 años de que Elián González se convirtiera en noticia mundial, sus rasgos de niño apenas han variado en su temprana adultez.
En 1999, González, entonces de cinco años de edad, fue el centro de una disputa internacional entre su patria natal Cuba y exiliados cubanos en Miami, la que culminó con una operación policial que lo devolvió a la isla.
Durante los últimos lustros apenas se ha sabido de él en noticias a cuentagotas, pero esta semana la cadena estadounidense ABC sorprendió al transmitir una entrevista realizada a Elián en Cuba, en la que el joven realizó llamativas declaraciones.
La punta de lanza de la entrevista fue su respuesta al ser consultado sobre qué país eligiría visitar en caso de que pudiera, y no tuvo el menor titubeo: Estados Unidos.
“Lo primero que quiero dar a los estadounidenses es las gracias por todo el amor que me dieron” , le confesó al periodista Jim Ávila.
Y es que su caso provocó un jaleo internacional que mantuvo al mundo en vilo en 1999, por las dramáticas condiciones en que se dio su salida de Cuba.
No era para menos, pues a millones de personas alrededor del orbe les rasgaba el alma observar al pequeño inocente que había visto morir a su madre en el mar para quedar luego entre un fuego cruzado diplomático y familiar.
Elián González acaparó titulares durante los siete meses que duró el culebrón jurídico y la campaña desatada por el gobierno de Fidel Castro para que el niño volviera a Cuba junto a su padre y sus abuelos.
Todo se inició cuando Elizabeth Brotons, la madre de Elián y quien vivía en el poblado de Cárdenas –unos 140 kilómetros al este de La Habana– en noviembre de 1999 se lanzó al mar en un pequeño bote de aluminio con su hijo y su nuevo esposo.
Infortunadamente, la madre de Elián, Elizabeth; su padrastro y otras 10 personas perdieron la vida en el intento. Al mismo tiempo, empezó a tejerse el milagro. Por esos misterios insondables del destino, justamente el 25 de noviembre, Día de Acción de Gracias en Estados Unidos, dos pescadores encontraron al niño aferrado a un neumático, sobre el cual lo había colocado su madre en el último acto de su vida, frente a las costas de Florida. Un tío y una prima de Elián en Miami inmediatamente se hicieron cargo del niño.
El nuevo siglo empezó justamente con tremenda tormenta política en las dos orillas: por un lado, Fidel Castro y su gobierno se volcaron en apoyo a Juan Miguel González, padre de Elián afín al régimen de la isla y exigían la devolución del infante.
Juan Miguel insistía en que el niño había sido raptado por la madre y lo había sacado de la isla ilegalmente. Ahora, con ella fallecida, la patria potestad le correspondía exclusivamente a él.
Por otra parte, la familia de Elián en Miami, apadrinada por la voluminosa comunidad de cubanos en esa ciudad entabló una férrea batalla para intentar que el niño se quedara viviendo junto a sus familiares en Estados Unidos.
Así, los primeros meses del 2000 tuvieron como tónica noticiosa las frecuentes movilizaciones de cientos de miles de personas que se manifestaban en Cuba, dirigidos por el mismísimo Fidel Castro, para clamar por el regreso de Elián.
Entretanto, en Florida la prensa estadounidense y de otros lares montaba guardia y el niño y sus familiares eran objeto de entrevistas y muy pronto, hasta de seguimiento de paparazis.
El pequeño balsero que llegó vestido de harapos raídos por el mar a Estados Unidos, ahora lucía prendas de primera calidad y un look totalmente “americanizado”, lo cual era lógico pero no dejaba de ser extraño ver al chiquito partido entre dos mundos hasta en esos detalles.
El escenario total de lo que ocurría en uno y otro país sobre el tema de Elián se volvía cada vez más rocambolesco. Así transcurrieron los primeros seis meses del siglo, mientras la justicia estadounidense le daba trámite al caso y finalmente optó por plegarse a las leyes internacionales y ordenó el regreso de Eliancito a Cuba.
De nuevo, el mundo contuvo el aliento al observar cómo una madrugada las fuerzas de élite del FBI irrumpieron en la casa de los familiares del pequeño en Miami. En medio del acelerado operativo, un oficial uniformado apuntó con su arma al pequeño en brazos de Donato Dalrymple (uno de los pescadores que lo rescató del mar), y la cara de terror y llanto de Elián le dio la vuelta al mundo. A la postre, esa imagen ganaría el Premio Pulitzer en el año 2001.
Una vez más, Elián se debatía entre dos mundos extremos. Mientras sus familiares estallaban en histeria en Miami por haber perdido la custodia del niño, en La Habana fue recibido con una bienvenida multitudinaria, de héroe, el 28 de junio del 2000.
Volvió a su pueblo de Cárdenas con su padre, su madrastra, un hermanito recién nacido y sus abuelos. Poco a poco, la estela noticiosa que su caso generó se fue aplacando. Sin embargo, su relación directa con Fidel Castro quedaba en evidencia cada vez que circulaba alguna foto del líder cubano junto a Elián en algún acto oficial.
15 años después
De vuelta al presente, ABC News dio cuenta de lo que ha ocurrido con el niño al que no pocos expertos en salud mental le auguraron un fúnebre futuro, pues abundaban los diagnósticos de que sería casi imposible que un niño de tan corta edad se recuperara de las secuelas de dolor, trauma, desapego y confusión.
Al menos de la entrevista realizada recientemente se infiere que Elián es un muchacho normal, centrado, estudioso y enseriado sentimentalmente. Por la forma en que se expresa, parece ver los hechos del pasado con cierta normalidad y no esboza resentimiento ni rencor.
Una de sus ilusiones, de hecho, es regresar a Estados Unidos, para asistir a un partido de béisbol, además de visitar los museos de Washington.
“Quizá algún día pueda visitar Estados Unidos y personalmente dar las gracias a la gente que nos ayudó, estoy muy agradecido por lo que hicieron ” , aseveró.
En su primera aparición como adulto ante las cámaras de un medio estadounidense, González se refirió a la estatua del prócer cubano José Martí con un niño –que muchos identifican con González– que fue erigida cerca de la sección de intereses de EE.UU. en La Habana.
Representa a “todo niño cubano (...) Veo al padre proteger a su hijo, y no es solo conmigo. Es cada niño en Cuba ” , dijo, para agregar: “ Me siento orgulloso porque siento que es una estatua que refleja lo que pasó en ese momento. Es un símbolo de la fidelidad de lo que pasó, representa a un padre que está tratando de proteger a su hijo” , reiteró.
González respondió a las preguntas en un inglés elemental y evocó el momento en que la embarcación en que viajaba volcó en el mar: “Recuerdo cuando caímos al agua, recuerdo que fui subido a una plataforma y mi madre me cubría y luego, en algún momento, levanté mi cabeza y ya no la vi más ” , comentó. No había nadie más. Estaba solo en medio del mar... y esa es la última cosa que recuerdo ” .
A continuación, aseguró en la entrevista que, si su madre no estaba hoy a su lado, es “ porque ella luchó hasta el último minuto para que yo sobreviviera ” . “ Tras dar su vida por mí, creo que ella fue quien me salvó en ese momento de peligro ” .
González es estudiante de Ingeniería Industrial y, desde su mayoría de edad, ha aparecido en los medios debido a su participación o intervenciones en algunos actos.
El joven, quien luce con barba en algunos segmentos del programa y luego con un rostro más aniñado, ya rasurado, es sumamente reconocido en la isla. Estudia en la Universidad de Matanzas, al oeste de la capital.
Y en la entrevista hasta presentó a su novia, con quien está comprometido.
González aseguró que no lamenta la decisión de su padre de quedarse en Cuba, y que tampoco resiente nada contra sus familiares en Miami. Por el contrario, está anuente a una reconciliación que también es muy bien vista por sus parientes en Estados Unidos y por la comunidad cubanoamericana.
Esta misma semana, su tío abuelo paterno declaró al Nuevo Herald que a Elián “la comunidad lo aprecia, lo adora y lo admira”. Agregó que la familia no tiene nada qué ver con la política, aunque desde los hechos, según dice, jamás han podido volver a comunicarse con Elián.
“Antes llamábamos y nos decían que ‘no están aquí o están de gira’ y eso era porque el gobierno tenía las llamadas controladas. Lo único que se ha sabido de él, es lo que se ve por televisión y por amistades que han ido a Cuba”. Al parecer, esta incomunicación estaría muy cerca de llegar a un final feliz.