La Habana
Por primera vez en medio siglo una persona que no combatió en la revolución y que no se apellida Castro puede quedar al mando de Cuba. El foco apunta a Miguel Díaz-Canel, actual vicepresidente de 56 años.
Fidel Castro murió y el mandato de su hermano Raúl, de 85 años, culmina dentro de 15 meses. A partir del 2018, el sucesor de los Castro deberá asegurar la continuidad del único régimen comunista en Occidente que comenzó tras el triunfo de la revolución en 1959, a tan solo 145 km de Estados Unidos.
Con el reloj en cuenta regresiva, la posibilidad de un cambio de generación cae en Díaz -Canel, un ingeniero electrónico que viste jeans o traje, no uniforme militar, y que se declaró en favor de una mayor apertura de Internet en la Isla.
"Hoy, con el desarrollo de las redes sociales (..) y de la Internet, prohibir algo es casi una quimera imposible, no tiene sentido", dijo en un discurso.
Alto y canoso, de él dicen que es un hombre sencillo. Y muchos en Cuba lo comparan con el actor Richard Gere. Sin embargo, apenas sonríe, y no sobresale por su carisma u oratoria.
"El compañero Díaz -Canel no es un novato ni un improvisado", declaró Raúl, cuando lo designó en el 2013 en el segundo puesto político en importancia de Cuba.
Durante décadas muchos se han preguntado si la revolución podrá sobrevivir sin su líder máximo, que falleció el 25 de noviembre a los 90 años y se retiró del poder en 2006 por enfermedad.
El sábado, Raúl Castro prometió fidelidad al legado de su hermano: "Ante los restos de Fidel (...), juramos defender la patria y el socialismo".
Al igual que muchos cubanos, Tomasa Savatel, tiene una fe casi ciega en las decisiones de Raúl. "Y después de él, hay otros", señaló esta técnica de sistemas, de 61 años.
Otra generación. Nacido en 1960, Díaz -Canel es el rostro más destacado de esa generación que no pertenece a la de la revolución. "Según la lógica institucional, él está en la línea sucesoria", afirmó Arturo López-Levy, de la Universidad de Texas.
Pero también fue bastante simbólico el protagonismo que tuvo el canciller Bruno Rodríguez Parrilla, de 58 años, durante los funerales de Castro.
Fue el único funcionario que se vio en la foto de la familia, además de militares y Díaz-Canel, al partir la caravana con los restos de Fidel hacia Santiago desde La Habana.
También forman parte de la nueva generación Marino Murillo, de 55 años, considerado el mentor de las reformas económicas recientes, y el único hijo varón de Raúl Castro, Alejandro Castro Espín, coronel del Ministerio del Interior.
Quedan al frente algunos de la vieja guardia, como José Ramón Machado Ventura, de 86 años y segundo secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), y Ramiro Valdés, de 84 años, uno de los barbudos que participó el 26 de julio de 1953 en el histórico asalto del cuartel Moncada.
Algunos de los hombres de Fidel, como el vicepresidente Carlos Lage y el excanciller Felipe Pérez Roque, que parecían las figuras de recambio en Cuba, salieron del radar, acusados de haberse tentado con "las mieles del poder".
¿Será el ungido? Pero Díaz -Canel ha hecho una carrera distinta.
Profesor universitario en Villa Clara, dirigente de la Unión de Jóvenes Comunistas en esa provincia, desde el 2003 es miembro del selecto Buró Político del partido y ha representado a Cuba en varios viajes al exterior.
Y quedará bajo el ojo de de Raúl Castro, quien no prevé jubilarse del todo ya que quedará probablemente como el máximo dirigente de PCC.
Díaz -Canel "ha sido un buen soldado en la sombra. De todas maneras tiene ante sí tres grandes retos: el primero será lidiar con los históricos, lidiar con una generación que quiere cambios y con el Ejército, pero aquí podría contar con el apoyo de Alejandro Castro Espín", señaló a la AFP Christopher Sabatini, de la Universidad de Columbia.
El sucesor de los Castro heredará un país con una de las tasas de envejecimiento más altas de América Latina y donde muchos de sus jóvenes sueñan con emigrar, con una economía golpeada por la crisis en Venezuela, y Donald Trump gobernando Estados Unidos.
Pero las cosas pueden rápidamente cambiar.
"No veo otro rival (que Díaz -Canel) ni otro escenario. Pero hemos visto en el pasado jóvenes preparados para el liderazgo y que luego fueron removidos del poder", dijo Ted Piccone, del centro de estudios estadounidense Brookings Institution.