Faluya, Irak. AFP. Guerrilleros vinculados a al-Qaeda tomaron ayer el control total de la ciudad iraquí de Faluya , al oeste de Bagdad, al cabo de combates en este bastión sunita adversario al primer ministro chiita Nuri al Maliki.
Por el momento, no se conoce el balance global de la violencia que sacudió a Faluya ni a Ramadi esta semana. No obstante, se calcula que más de 100 personas, entre ellas 32 civiles, fallecieron el viernes, así como 55 combatientes vinculados a al-Qaeda y ocho soldados iraquíes caídos el sábado.
“No descansaremos hasta que eliminemos a todos los grupos terroristas y salvemos a nuestro pueblo en Al Anbar”, aseguró el primer ministro Nuri al Maliki a la televisora estatal.
Los combates entre insurgentes y fuerzas de seguridad empezaron el lunes en Ramadi a raíz del desmantelamiento de un campamento de opositores al gobierno, que Maliki consideraba como un “nido de al-Qaeda”. La violencia se propagó después a Faluya.
Conflicto étnico-político. La provincia de mayoría sunita de Al Anbar se ha convertido desde hace un año en el epicentro de las protestas contra Maliki, chiita acusado de acaparar el poder y marginar a la población de etnia sunita.
Faluya y la capital de la provincia de Al Anbar, Ramadi, fueron los bastiones de la insurrección que siguió a la invasión estadounidense de Irak en el 2003. En esta provincia, Estados Unidos perdió un tercio de sus tropas en Irak.
“Faluya está bajo control del Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL) ”, pero “los sectores alrededor de Faluya están en manos de la Policía local”, dijo una fuente de los servicios de seguridad.
La misma fuente agregó que el grupo extremista sunita designó un gobernador para la ciudad, declarada el día anterior como Estado islámico por el Estado Islámico de Irak y el Levante.
El sábado la ciudad estaba totalmente bajo el control de al-Qaeda, y ni las fuerzas de seguridad ni las de las milicias que combaten a al- Qaeda estaban presentes en Faluya.
La energía estaba completamente cortada y muchos aparatos no funcionan por falta de carburante. Largas colas se formaban frente a las panaderías abiertas.
Un gran número de habitantes decidió abandonar la ciudad para escapar a la violencia.
El Gobierno iraquí intenta hacer frente a los insurgentes del brazo de al-Qaeda, alentados por el conflicto en la vecina Siria y el descontento de la minoría sunita.