El Cairo. AFP Y EFE. Autoridades egipcias continúan con la búsqueda de restos de las 224 personas a bordo del avión turístico ruso que el sábado se estrelló en la península del Sinaí y que, según investigadores, se destruyó en el aire antes de tocar tierra .
“El Airbus 321 se despedazó en el aire y los fragmentos se esparcieron en una gran superficie de unos 20 kilómetros cuadrados”, manifestó Viktor Sorotchenko, director de Comité Intergubernamental de Aviación de Rusia (MAK), aunque afirmó que es “demasiado pronto” para sacar conclusiones sobre las causas del accidente.
El presidente egipcio Abdel Fatah al-Sisi pidió esperar los resultados de la investigación sobre la causas del accidente, que el sábado fue reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI), una autoría que muchos expertos ponen en duda .
Según fuentes de transporte citadas por la prensa rusa, los investigadores encontraron fragmentos de las alas de la aeronave que mostraban indicios de impactos térmicos y físicos, lo que denotaría que el avión pudo quemarse en el aire.
A casi un día de la tragedia, había numerosos restos del avión en medio del desierto que todavía desprendían olor a quemado, según algunos testigos.
Este domingo se extendió la zona de búsqueda, indicó un responsable del Ejército que no quiso identificarse, según el cual ya se han recuperado al menos 163 cadáveres.
“En este tipo de casos, hay que dejar hacer a los especialistas el trabajo y no barajar las causas de la caída del avión, puesto que esta es objeto de una vasta investigación técnicamente complicada”, declaró al- Sisi.
Varias hipótesis. El Gobierno ruso descartó que la rama egipcia del Estado Islámico (EI) que se hace llamar provincia del Sinaí sea el autor del siniestro. El sábado, esa organización afirmó que derribó el avión (pero sin precisar cómo) en represalia a los bombardeos rusos en Siria.
Dicho grupo es muy activo en la provincia del Sinaí del Norte, su principal bastión, donde casi a diario comete atentados que han dejado muchas víctimas.
El primer ministro egipcio Cherif Ismail cree más probable la tesis de un accidente y aseguró que los cohetes o los misiles que tiene el EI no pueden alcanzar a un avión a 30.000 pies de altura.
Sin embargo, algunos expertos consultados son más prudentes a la espera del análisis de las cajas negras y no excluyen otras hipótesis, como el estallido de una bomba a bordo o que el aparato redujera su altitud por alguna razón técnica y luego fuera alcanzado por un cohete.
Por otro lado, el Gobierno ruso abrió una investigación y registró las oficinas de la compañía aérea a cargo de la nave. Además, investigadores de Francia y Alemania llegaron este domingo a Egipto, algo habitual en los accidentes que implican aparatos Airbus.