Riad
El reino de Baréin y Sudán rompieron este lunes relaciones diplomáticas con Irán, agravando la crisis generada por la ejecución de un dignatario chiita en Arabia Saudí.
Los llamados de las grandes potencias y la ONU a frenar la peligrosa escalada entre Arabia e Irán no tuvieron efecto.
El domingo Arabia Saudí rompió relaciones con Irán después de que manifestantes iraníes incendiaran dos de sus sedes diplomáticas en protesta contra la ejecución de Nimr Baqer al-Nimr.
Emiratos Arabes Unidos también reaccionó en solidaridad con Arabia Saudí llamando a consulta a su embajador en Teherán.
La escalada entre Arabia e Irán hace temer un aumento de la violencia sectaria en Oriente Medio, particularmente en Irak, donde dos mezquitas sunitas fueron atacadas este lunes en el centro del país.
Teherán reaccionó acusando a Riad de avivar las tensiones en la región.
LEA: Tensión lleva a Arabia Saudí a romper relaciones con Irán
"Arabia Saudí basa su existencia en la prosecución de las tensiones y los enfrentamientos, e intenta resolver sus problemas internos exportándolos al exterior", dijo Jaber Ansari, un portavoz de la diplomacia iraní.
Irán y Arabia Saudí se enfrentan radicalmente en varios conflictos de Oriente Medio, entre ellos en la guerra civil en Siria, donde Teherán apoya al presidente Bashar al-Asad y Riad a las fuerzas rebeldes.
También en Yemen, donde una coalición árabe liderada por los saudíes inteviene militarmente contra los rebeldes hutíes chiitas apoyados por Irán.
El aumento de la tensión tiene lugar después del histórico acuerdo firmado por las grandes potencias e Irán sobre el programa nuclear iraní.
Este lunes Francia y Alemania, al igual que Estados Unidos la víspera, exhortaron a iraníes y sauditas a bajar la tensión y hacer todo lo posible para restablecer sus relaciones.
En Teherán unas 3.000 personas se manifestaron el lunes contra Arabia Saudí, gritando consignas contra la familia real de ese país y quemando banderas de Estados Unidos e Israel.
LEA: Ejecución de líder religioso en Arabia Saudí despierta ira
La víspera, el presidente iraní Hasan Rohani había criticado la quema de las sedes diplomáticas sauditas.
Por su parte, el hermano de Nimr condenó los ataques contra las sedes diplomática y deploró que su hermano haya sido enterrado en un cementerio desconocido.
"Rechazamos y condenamos el ataque contra la embajada y un consulado del reino en Irán", escribió Mohammed al-Nimr en un mensaje en árabe en Twitter, y pidió que el cuerpo del "martir" sea entregado "rápidamente" a la familia para que se inhumado en Awamiya, su ciudad natal en el este de Arabia Saudí.
Por su parte, el viceministro iraní de Relaciones Exteriores, Hossein Amir Abdollahian, deploró el error estratégico de de los sauditas.
"Arabia no puede hacer olvidar el gran error de haber ejecutado a un dignatario religioso" chiita, dijo Abdollahian.
La ejecución de Nimr Baqer al-Nimr junto a otras 46 personas, en su mayoría condenadas por "terrorismo", provocó violentas manifestaciones en la comunidad chiita de varios países en Oriente Medio, como Irán, Irak y Líbano.
Las relaciones entre ambos países fueron interrumpidas durante cuatro años, entre 1987 y 1991, después de sangrientos enfrentamientos entre peregrinos iraníes y sauditas en La Meca.
En setiembre pasado, la muerte de al menos 2.236 peregrinos, entre ellos 464 iraníes, en Mina, cerca de La Meca, había aumentado la tensión entre ambos países.