Ankara y Moscú. AFP y EFE. El derribo de un avión militar ruso Sujoi 24 (Su-24) , el martes, por parte de Turquía, incrementó las tensiones entre ese país y Rusia y suscitó llamados de terceros a la prudencia y a evitar acciones que las agraven.
El Gobierno de Ankara alegó haber ejercido su derecho de hacer respetar su espacio aéreo, que el aparato habría invadido, pero Moscú negó esta acusación y sostuvo que el Su-24 fue abatido dentro del espacio aéreo de Siria, donde realizaba bombardeos contra rebeldes opuestos al régimen de Bashar al-Asad.
El avión fue destruido por la Fuerza Aérea turca a las 7:24 GMT (1:24 a. m. hora de Costa Rica) y se precipitó al sur de la provincia siria de Hatay, unos 40 km al noreste de la ciudad portuaria de Latakia, donde hay una base aérea rusa.
Uno de los dos pilotos [[BEGIN:INLINEREF LNCVID20151124_0020]]murió [[END:INLINEREF]] por disparos de rebeldes sirios mientras descendía en paracaídas y el otro estaba desaparecidos, según fuentes de la oposición en el país árabe.
El Estado Mayor ruso también confirmó la muerte en las mismas circunstancias.El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, llamó a las partes a adoptar “medidas urgentes” para reducir la tensión” y a una “revisión cuidadosa” de lo ocurrido para evitar incidentes similares.
En el mismo sentido se expresó el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) , Jens Stoltenberg.
Sin embargo, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, advirtió de que habrá “consecuencias serias” para las relaciones con Turquía. “La pérdida de hoy (martes) es una puñalada por la espalda, asestada por los cómplices de los terroristas”, declaró, en conferencia de prensa en presencia del rey de Jordania, Abdalá II.
Incidente en la frontera. Los dos países ofrecieron versiones contrapuestas sobre el incidente en la frontera turco-siria y no es el primero que se registra desde que Moscú comenzó ataques aéreos contra los grupos insurgentes para apoyar a al-Asad, aliado clave en Oriente Medio.
En un informe que presentó en Naciones Unidas, Ankara denunció que dos Su-24 violaron su espacio aéreo durante 17 segundos antes de que sus cazas derribaran uno de ellos.
En una carta enviada al Consejo de Seguridad, el embajador turco ante el foro, Halit Cevik, aseveró que los bombarderos recibieron 10 advertencias en un lapso de cinco minutos mientras se acercaban a Turquía.
Mientras tanto, el portavoz del Estado Mayor de Rusia, general Serguéi Rudskói, sostuvo que el Sujoi Su-24 nunca irrespetó el espacio aéreo turco, “lo que fue confirmado por los sistemas antiaéreos sirios”.
La nave “se hallaba exclusivamente en el espacio aéreo sirio” y volaba a 6.000 metros cuando fue derribado, según el Ministerio de Defensa ruso.
A la vez, Rudskói anunció que su país protegerá sus aviones de guerra con el acorazado Moskvá , buque insignia de su Armada, y escuadrones de cazas que los acompañarán en las misiones contra los yihadistas.
Desde el inicio de la intervención militar rusa en Siria, a finales de setiembre, los incidentes fronterizos se han multiplicado entre Ankara y Moscú.
Cazas turcos interceptaron en dos ocasiones aviones militares rusos. En uno de estos incidentes, el 3 de octubre, Moscú justificó la incursión por las “malas condiciones meteorológicas”. Turquía también derribó, el 16 de octubre, un dron de fabricación rusa que entró en cielo turco.
La tensión subió tras bombardeos rusos que, según Ankara, afectaron a la minoría turcófona de Siria. Turquía convocó el viernes al embajador ruso para advertirle de las “graves consecuencias” de esta operación.
Ankara y Moscú están enfrentados en el conflicto sirio, que ha dejado más de 250.000 muertos desde el 2011. Rusia, con Irán, constituye el último apoyo al régimen de al-Asad. En cambio, el presidente islamista conservador Recep Tayyip Erdogan exige que el gobernante sirio deje el poder.