Estambul
La áspera polémica entre Ankara y Berlín tras las anulaciones en Alemania de actos de la comunidad turca favorables a Erdogan se inscribe en la campaña del referendo sobre la consolidación de los poderes del presidente, estiman analistas.
El gobierno alemán asegura que las anulaciones fueron decididas por las autoridades locales, pero los dirigentes turcos lo responsabilizan de esas prohibiciones calificadas de "prácticas nazis" por el presidente turco Recep Tayyip Erdogan.
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Erdogan, que se encuentra en plena campaña para reforzar sus poderes en un referendo previsto el 16 de abril, acusó también a Alemania de "alojar a terroristas" del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Preocupado por mantener el diálogo con Turquía, socio crucial para frenar la afluencia de demandantes de asilo en Europa, Alemania evitó cualquier reacción susceptible de envenenar aún más la situación y pidió a Ankara "mantener la cabeza fría".
"No hay alternativa al diálogo, está es la única forma, paso a paso, de poder volver a una relación normal de amistad entre los alemanes y los turcos", dijo el miércoles el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Sigmar Gabriel, al término del encuentro con su homólogo turco Mevlut Cavusoglu.
"Alemania debe decidir si Turquía es un amigo o no", respondió Cavusoglu, "Alemania no debe tomar partido en el referéndum en Turquía ", agregó el ministro turco.
"Esta tensión favorece a la campaña del referéndum de Erdogan. No son capaces de ocupar su campaña con otros temas ni de movilizar al bando del 'Sí'", considera el politólogo y universitario turco Ahmet Insel.
La prohibición del mitin de campaña en Alemania y en otras partes de Europa permite a Erdogan "abusar de nuevo del discurso victimista y de alimentar el sentimiento antieuropeo", agrega.
"Trescientos y cuatrocientos mil votos de los turcos en el extranjero podrían aportar alrededor de un punto en la votación. Sobre todo si la participación (fuese) más floja en Turquía", continúa. El partido de Erdogan, el AKP, goza de un fuerte apoyo entre los votantes de la diáspora en Alemania.
Los dirigentes turcos conceden una importancia a estos mítines también "porque a través de los medios, estos encuentros pueden influenciar el voto nacionalista en Turquía", ahonda Sinan Ülgen, presidente del Center for Economics and Foreign Policy (Edam), con sede en Estambul.
Alemania acoge la mayor diáspora turca en el mundo, con cerca de tres millones de personas, de los cuales la mitad tienen derecho a voto, un número nada despreciable para un poder que no escatima en medios para promover el voto del sí en la consulta.
Pero aunque la postura del gobierno contra Alemania es apoyada en general por los turcos, "no es tan seguro que la población, y sobre todo los entornos económicos —teniendo en cuenta que Alemania es el primer socio comercial de Turquía—, se incline a apoyar una retórica tan encendida como la analogía con el régimen nazi", añade Ülgen.
El resultado de la votación "corre el riesgo de ser más ajustado de lo previsto, apunta Jean Marcou, profesor de Ciencias Políticas e investigador asociado al Instituto Francés de Estudios de Anatolia, y subraya que "la influencia de la diáspora es importante en Turquía y sobrepasa los simples resultados electorales".
"Erdogan disfruta de la disputa con Alemania. Se busca enemigos exteriores que le son útiles en política interior para ganar su referéndum", afirmó Omid Nouripour, diputado y portavoz para la política extranjera de los Verdes alemanes, citado por el diario Bild.