Mosul, Irak
Fuerzas especiales iraquíes despejaron este sábado edificios en vecindarios en los que habían entrado el día anterior en el este de Mosul, tras expulsar a milicianos del grupo Estado Islámico (EI) en su ofensiva sobre la ciudad.
Los combates continuaban por la mañana con fuego de morteros y armas automáticas de ambos bandos. Las tropas iraquíes respondieron además con artillería contra las posiciones rivales. Los enfrentamientos eran más enconados en el barrio de al-Bakr. En zonas mayoritariamente residenciales, y donde la mayoría de los edificios tienen dos pisos de altura, los francotiradores se medían desde las azoteas.
Las fuerzas especiales lanzaron el viernes un asalto en dos frentes para adentrarse en el centro de Mosul, iniciando los combates urbanos más fuertes desde el inicio de la campaña contra el grupo radical hace casi tres semanas. Al menos siete miembros de las fuerzas especiales murieron en los enfrentamientos.
Más de 3.000 soldados iraquíes participaron en la ofensiva con un intenso apoyo aéreo de la coalición que lidera Estados Unidos, pero los progresos se vieron obstaculizados conforme las tropas iraquíes pasaban de combatir en zonas más rurales con pocos civiles a las estrechas calles de la ciudad. Las tropas sufrieron al menos siete ataques suicidas con vehículos cargados de explosivos. Cinco de los agresores fueron abatidos antes de que se acercaran a sus objetivos.
Batalla prolongada. Se espera que la operación para recuperar Mosul lleve semanas o meses. Pasar de barrio a barrio, en batallas casa por casa a través de edificios plagados de bombas trampa, lleva tiempo y el Ejército iraquí ha optado de forma reiterada por operaciones más lentas en un intento de minimizar las bajas.
En la ciudad siguen atrapados aproximadamente un millón de civiles, lo que complica los avances. Los milicianos del grupo extremista han llevado a miles de personas a las zonas fortificadas en el centro de Mosul para emplearlos como escudos humanos, mientras que cientos de personas han huido hacia territorio controlado por el gobierno y miles han huido al oeste, hacia Siria.
Mosul es el último bastión importante del grupo EI en Irak, y expulsar al grupo armado de la ciudad sería un gran golpe para la supervivencia de su autoproclamado "califato" , que incluye parte de Siria.
Las tropas iraquíes han hecho progresos dispares al cercar la ciudad desde el inicio de las operaciones el 17 de octubre. Los avances han sido más lentos en el sur, donde las tropas del Gobierno siguen a unos 35 kilómetros (20 millas) de distancia. Al norte se han desplegado combatientes curdos y unidades del Ejército iraquí, mientras que las milicias chiíes aprobadas por el Gobierno avanzan desde el oeste para tratar de cortar cualquier vía de escape para las fuerzas extremistas.