Viena
Irán respeta sus compromisos en el marco del acuerdo nuclear suscrito con las grandes potencias en el 2015 en Viena, indicó este jueves la AIEA, en medio de las tensiones entre Teherán y Washington que amenazan dicho pacto.
La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA, dependiente de la ONU) reconoce que Irán no enriqueció uranio a niveles prohibidos, ni constituyó reservas ilegales de uranio poco enriquecido o de agua pesada.
Este esperado visto bueno permitirá proseguir la aplicación del acuerdo, gracias al cual se empezaron a levantar las sanciones internacionales contra esta potencia petrolera y gasífera, en particular en el sector energético.
Pero esto se produce en un contexto de tensiones crecientes entre Estados Unidos e Irán. El presidente Donald Trump, que debe "certificar" en octubre ante el Congreso que la República islámica respeta sus compromisos, avisó a fines de julio en el Wall Street Journal que sería para él una "sorpresa" que ello ocurriera.
Este acuerdo entre Irán y las grandes potencias tiene como objetivo garantizar la naturaleza exclusivamente pacífica del programa nuclear iraní.
Trump amenazó durante su campaña con "romper" este texto -considerado uno de los principales éxitos de su predecesor, Barack Obama- al calificarlo de "horrible".
La tensión volvió a aumentar este verano boreal, cuando Washington impuso a Irán una serie de sanciones jurídicas y financieras no vinculadas con las actividades nucleares, generando la cólera de Teherán, que amenazó con abandonar el acuerdo.
Estados Unidos reprocha a Irán su apoyo al presidente sirio, Bashar al-Asad, y a los rebeldes en Yemen, y que prosiga además su programa de misiles balísticos.
Teherán, que siempre negó buscar dotarse del arma nuclear -aunque reivindica su derecho a explotar su sector nuclear-, asegura que está completamente en conformidad con el acuerdo de Viena.
El presidente iraní, Hasán Rohaní, recordó esta semana que Trump está aislado en su voluntad de cuestionar el acuerdo, a diferencia de los países europeos.
El presidente francés, Emmanuel Macron, consideró el martes que "no hay alternativa" a este acuerdo.
Este texto entró en vigor en enero del 2016 y prevé un progresivo levantamiento de las sanciones internacionales contra Irán.
Teherán aceptó a cambio una drástica reducción de sus capacidades nucleares, bajo estrecho control de la AIEA. La agencia ha constatado cada tres meses que Irán respeta sus obligaciones.
El informe divulgado este jueves verifica nuevamente que la cantidad de uranio débilmente enriquecido por Irán sigue bajo el máximo autorizado de 300 kilos, y que la República islámica "no prosiguió" la construcción de su reactor de agua pesada en Arak.
Rohani rechazó la idea de que Estados Unidos pueda imponer más medidas contra su país, pero según algunas informaciones de prensa, Washington desearía realizar una inspección de los sitios militares iraníes.
"Nuestras relaciones con la AIEA están definidas por normas y no por Estados Unidos", afirmó, después de que la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, viajara a Viena la semana pasada para entrevistarse con el máximo responsable de esta agencia, Yukiya Amano.
Irán advirtió que podría reanudar rápidamente su producción de uranio altamente enriquecido -etapa técnica que permite posteriormente fabricar materia fisible militar- si Estados Unidos, ya enfrentado en otra crisis con Corea del Norte, denuncia el texto suscrito en Viena hace dos años.
Antiguos expertos aseguraron esta semana al diario británico The Guardian que los servicios de inteligencia estadounidenses están sometidos a "presión" por parte de la Casa Blanca, para proporcionar elementos que permitan afirmar que Irán está violando el acuerdo.