Viena. AFP. Los negociadores de un acuerdo sobre el programa nuclear iraní vuelven a sentarse hoy para hablar en Viena con la ardua tarea de aproximar posturas muy discrepantes entre Irán y las grandes potencias y con la fecha límite para alcanzar un acuerdo.
El avance de los yihadistas en Irak, que preocupa directamente a Irán y a Estados Unidos por las alianzas con Bagdad, añade una incógnita más a esta compleja ecuación, ya que Washington y Teherán, sin relaciones oficiales desde hace 34 años, no excluyen cooperar para ayudar a Irak.
La representante de la diplomacia europea Catherine Ashton, que dirige las conversaciones entre Teherán y el Grupo 5+1 (Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido, Francia y Alemania), debe reunirse con el jefe de la diplomacia iraní, Mohamad Javad Zarif.
El objetivo es lograr que se haga transparencia sobre el programa nuclear de Teherán y limitarlo para garantizar su carácter pacífico, a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales.
Las partes se dieron hasta el 20 de julio para llegar a un acuerdo y para ello se han estado reuniendo durante todo el año . Si lo consiguen, podría ser el fin de una década de peligrosas tensiones.
En noviembre se llegó a un acuerdo provisional y desde entonces ambas partes lanzaron mensajes esperanzadores.
En la última sesión de las negociaciones, en mayo, estaba previsto que comenzaran a redactar un borrador del acuerdo, pero no se avanzó lo suficiente, por lo que la situación aún se considera frágil.
“Todavía hay mucho trabajo. En los temas más importantes ni siquiera se atisba la solución”, dijo un día antes de la reunión de Viena una fuente occidental.
El principal punto de discordia sigue siendo el enriquecimiento de uranio en centrifugadoras, que permite a partir de cierto punto fabricar el combustible para una bomba atómica.
Discrepancia. El ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius, pidió que Irán reduzca el número de centrifugadoras de las 20.000 que tienen algunos centenares.
Sin embargo, la república islámica pretende aumentar su número para alimentar los reactores que producen energía nuclear que son para el uso civil.
No obstante, hasta que consiga instalar estos reactores podrían pasar años e incluso décadas, según dicen los países occidentales, que creen que Irán quiere enriquecer uranio con fines militares, cosa que Teherán negó rotundamente.
“Cualquier acuerdo con Irán debe exigir el desmantelamiento sustancial de las infraestructuras nucleares iraníes”, advirtió el jueves el senador demócrata estadounidese Robert Mendez, jefe de la Comisión de Exteriores del Senado
En caso de que no consiguieran alcanzar el acuerdo antes del 20 de julio, las partes se fijaron un plazo de seis meses.