Teherán. AFP. Irán y las grandes potencias seguían determinadas a hallar una salida para el programa nuclear iraní, a pesar de que las negociaciones en Ginebra se saldaron sin acuerdo y Teherán afirmó que no renunciará a sus “derechos nucleares”.
Las intensas negociaciones de tres días en Ginebra, que comenzaron con esperanzas ante la apertura del nuevo presidente iraní, Hasán Ruhaní, permitieron avanzar hacia un acuerdo sobre el polémico programa nuclear iraní, que oficialmente solo es civil pero que Israel y Occidente sospechan que persigue la fabricación del arma nuclear. La discusión se retomará el 20 de noviembre, y Suiza ofreció acogerla de nuevo.
A pesar de no haber concluido un acuerdo, los comentarios de las últimas horas sobre la reunión de los llamados 5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania) e Irán eran más bien optimistas.
El jefe de la diplomacia alemana, Guido Westerwelle, consideró que estaban “más cerca de una solución razonable de lo que hemos estado desde hace años”, mientras su homólogo estadounidense, John Kerry, saludó “los progresos realizados”.
El titular de Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, dijo ayer que las negociaciones fueron “muy sustanciosas”, e insistió en que la reducción del riesgo de proliferación “solo puede obtenerse a través de la negociación”.
Por su parte, el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Mohamad Javad Zarif, aseguró no estar “para nada decepcionado”, a pesar de la ausencia de acuerdo, y el británico William Hague estimó que un acuerdo sobre el programa nuclear iraní “está sobre la mesa y puede ser concluido”.
Sin embargo, ayer el presidente Ruhaní subrayó que su país no renunciará a sus “derechos nucleares”, informó la prensa. Ruhaní defendió ante el Parlamento “los derechos nucleares en el marco de las reglas internacionales, que incluyen el enriquecimiento (de uranio) en suelo iraní”.
La reanudación de las negociaciones con Irán , bloqueadas desde hace años, quiere aprovechar la apertura diplomática hacia Occidente del moderado Ruhaní, quien parece querer terminar pronto con 10 años de tensiones sobre el expediente nuclear, para aligerar y luego levantar las sanciones que pesan sobre su país.
Sin embargo, las negociaciones se tropezaron con las exigencias de clarificación de algunos participantes, en particular de Francia, sobre la redacción de un acuerdo temporal de seis meses, primera etapa “verificable” antes de un acuerdo permanente.
Occidente reclama garantías sobre el reactor de aguas pesadas de Arak y sobre la fabricación de plutonio, pero especialmente sobre la capacidad de Irán de enriquecer uranio al 20%, el parque de 19.000 centrifugadoras y la fabricación de una nueva generación de centrifugadoras cinco veces más rápida.