Bagdad
Un atentado en la madrugada del domingo, poco después del fin del ayuno diurno durante el mes sagrado del ramadán, transformó el ambiente festivo de un barrio chiita de Bagdad en un escenario de horror y destrucción cuando un vehículo cargado con explosivos detonó y mató a por lo menos 213 personas e hirió a más de 200.
El ataque se produjo en una concurrida calle, frente a un centro comercial, la cual estaba atestada de gente pues durante el ramadán, y sobre todo en verano, es habitual prolongar la estadía por las noches mientras se espera el suhur (última comida antes del amanecer).
El grupo terrorista Estado Islámico (EI), propulsor de una versión ultrarradical del islam sunita, se responsabilizó por el hecho y puntualizó que estaba dirigido específicamente contra los chiitas (otra rama musulmana), a quienes considera "herejes".
Fue el golpe terrorista más letal en Irak en lo que va del año y uno de los más cruentos de su tipo en una década de guerra e insurgencia. Además, atizó la animosidad pública contra el primer ministro, Haider al-Abadi.
El gobierno decretó tres días de duelo nacional y anunció que endurecerá las medidas de seguridad, en medio de críticas y cuestionamientos. Una de las disposiciones es dejar de usar detectores de explosivos que han demostrado ser ineficientes.
Un segundo atentado con una bomba sacudió el domingo otra calle llena de negocios en un vecindario predominantemente chiita, en el este de Bagdad. Dejó cinco muertos y 16 heridos. Ninguna organización se lo atribuyó.
Escena infernal. La explosión del coche bomba en el barrio de Karrada causó grandes daños. Varios inmuebles y comercios fueron arrasados por las llamas y los incendios seguían activos 12 horas después del atentado.Entre lágrimas y humo, familiares buscaban el domingo a personas que salieron a la calle antes de que se produjera el ataque terrorista.
Zainab Mustafá portaba una foto de su marido y buscaba noticias de este y de sus dos hijos. Los tres habían salido la noche del sábado a comprar ropa para la festividad del ramadán. Desde entonces, Zainab no había tenido noticias.
"En las listas de víctimas, vi familias enteras, el padre, los hijos, la madre y las hijas, todos aniquilados por la explosión", contó un miembro de las Unidades de Protección Civil. "Vamos necesitar muchos días para encontrar los cuerpos de las víctimas. Es una tarea difícil", explicó.
Fadhel Salem indagaba sobre sus dos hermanos que se encontraban atendiendo el comercio familiar. "Creo que siguen en el interior, pero no veo nada debido al espeso humo", expresó.
En otra tienda, donde el techo se desplomó, cinco personas trabajaban con palas para intentar encontrar a sus seres queridos.
"Yo los conocía a todos", afirmó Sami Kajim, mientras buscaba entre los restos del local.
Poco antes de la explosión, le llevó un vaso de jugo de frutas a su amigo Mustafá, antes de irse a su casa para dormir.
"Tras la explosión, solo había fuego, no podía ver a Mustafá porque todo el lugar estaba en llamas", dijo.
Bagdad ya había sufrido varios atentados este año, pero el ataque de este domingo, en el que los autores combinaron el uso de explosivos y obuses, fue el más mortal en lo que va del año.
La identificación de las víctimas también planteará un desafío para las autoridades, ya que muchos restos están carbonizados al punto que será necesario someterlos a pruebas de ADN.
Sin embargo, pese a que decenas de personas perdieron la vida en la explosión y los incendios que se desataron a continuación, otros lograron escapar a la muerte.
Algunos saltaron de los techos de los edificios, pese a la altura" y ahora están heridos con fracturas en las piernas, contó Sari Mohamed, propietario de una tienda.
"Tres personas se escondieron dentro de un refrigerador en el primer piso, tras el final del incendio lograron salir con vida", explicó.
Arremetida yihadista. Entretanto, el Estado Islámico se responsabilizó de la acción en un comunicado en el cual enfatizó que el objetivo eran los chiitas.
"En el marco de las permanentes operaciones de seguridad de los soldados del califato en la ciudad de Bagdad, el hermano muyahidín (guerrero santo) Abu Maha al- Iraqui logró hacer estallar su coche bomba en una concentración de renegados (chiitas)".
El grupo terrorista advirtió de que "con el permiso de Dios continuarán los ataques de los muyahidines contra los renegados".
El atentado se produjo una semana después de que el EI perdió la ciudad de Faluya en combates contra las tropas gubernamentales iraquíes apoyadas por la coalición internacional que encabdeza Estados Unidos.
Sin embargo, ese golpe demuestra que, no obstante los reveses en Siria e Irak, la organización mantiene la capacidad operativa y puede golpear lejos de sus bases.
Según el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense, John Brennan, el EI no ha perdido su capacidad para cometer atentados terroristas.
Agregó: "A medida que la presión aumente" sobre el EI en el terreno, "creemos que intensificará" sus esfuerzos para mantener su posición como organización extremista más fuerte del mundo.