Ciudad de Gaza. AFP. Edificios destruidos, hospitales reventados, escuelas acribilladas... La reconstrucción de la franja de Gaza costará miles de millones de dólares y se necesitará que Israel levante , o al menos alivie, el bloqueo al cemento, epicentro de una guerra soterrada entre Israel y los palestinos .
De Beit Lahiye (norte) a Rafah (sur), la guerra ha convertido partes enteras de la Franja en un vasto campo de ruinas observado por familias destrozadas que pasan donde estuvieron sus casas durante las treguas para asegurarse de que los escombros siguen ahí, a la espera de poder reconstruir.
Sin embargo, para reconstruir, se necesita paz y... cemento. Mucho cemento. El único inconveniente es que el enclave palestino no tiene el producto, porque Israel impide la importación de algunos materiales de construcción.
Tras la toma de control de la franja de Gaza por Hamás, en el 2007, Israel vetó la entrada de cemento, grava y acero para tratar de impedir que los islamistas palestinos lo utilizaran para erigir los túneles por los que transitan y donde esconden su arsenal.
“Los siete últimos años mostraron que la reconstrucción y el bloqueo son irreconciliables... el bloqueo debe cesar”, dijo Chris Gunness, vocero de la oficina de la ONU para los refugiados palestinos.
Entre la llegada de Hamás al poder y la actual operación israelí Barrera Protectora , la franja de Gaza se ha visto asolada por dos conflictos que cada uno ha exigido esfuerzos de reconstrucción.
En el 2010, Israel alivió el bloqueo al autorizar la entrada con cuentagotas en Gaza de materiales para los proyectos internacionales, pero el proceso de importación es largo y caro, y está prohibido para los empresarios privados.
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