Jerusalén
Israel aprobó este martes la construcción de 2.500 nuevas viviendas en Cisjordania ocupada, el anuncio de asentamientos más ambicioso desde hace años, aprovechando la situación más favorable en Washington tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
El ministro de la Defensa, Avigdor Lieberman, y el primer ministro, Benjamín Netanyahu, decidieron aprobar la construcción de 2.500 viviendas "para responder a las necesidades de alojamiento y de la vida cotidiana", anunció el ministerio de Defensa, cuatro días después de la investidura de Donald Trump como presidente de Estados Unidos.
Se trata de la segunda decisión israelí relativa a la colonización en solo dos días, tras la autorización, por parte de la Municipalidad de Jerusalén, a la construcción de 566 viviendas en los barrios de colonos de Jerusalén Este, parte mayoritariamente palestina de la ciudad ocupada y anexada por Israel.
LEA: Consejo de Seguridad de ONU exige a Israel poner fin a asentamientos
Este anuncio refleja la voluntad claramente afirmada por el gobierno israelí de aprovechar la nueva situación creada tras la llegada de Trump a la Casa Blanca, después de ocho años de férrea oposición a la colonización por parte de su antecesor, Barack Obama.
"Estamos construyendo y vamos a seguir construyendo", aseveró Netanyahu en su cuenta Twitter.
La dirección palestina condenó este nuevo anuncio. "La comunidad internacional debe exigir inmediatamente cuentas a Israel", dijo el número dos de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erakat
A su juicio, Israel se siente envalentonado "por lo que considera un apoyo del presidente estadounidense Donald Trump".
La Organización de las Naciones Unidas (ONU)reaccionó de inmediato al anuncio de Israel y denunció las "acciones unilaterales" que dificultan cada vez más la solución de dos estados (el hebrreo y el palestino).
"Para el secretario general (Antonio Guterres), no hay alternativa a una solución de dos estados", declaró el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric.
Dujarric reafirmó que la postura de las Naciones Unidas sobre la construcción de viviendas israelíes en Cisjordania y en Jerusalén oriental "no ha cambiado". "Lo incluimos en el terreno de las decisiones unilaterales".
Las colonias en los territorios palestinos ocupados son ilegales para la comunidad internacional y en diciembre el Consejo de Seguridad de la ONU exigió el fin de esa política.. Para una gran parte de la opinión internacional, son un grave obstáculo en el proceso de paz entre israelíes y palestinos.
Nuevos bríos de Israel. El mismo Netanyahu afirmó el lunes cómo había cambiado la situación desde la investidura de Trump. Tras ocho años de "presiones enormes" sobre el tema de Irán y de las colonias, "estamos ante una gran oportunidad para la seguridad y el futuro del Estado de Israel", señaló.
El primer ministro, quien dirige uno de los gobiernos más conservadores de la historia del país, se encuentra presionado por los aliados de su mayoría, que lo fuerzan a avanzar en la colonización e incluso en la anexión de una parte de Cisjordania.
A diferencia de la administración demócrata, por el momento el gobierno de Trump no ha condenado el anuncio israelí del domingo.
Netanyahu asegura que no es la colonizació,n sino el rechazo de los palestinos a la existencia del Estado de Israel, lo que impide avanzar en el moribundo proceso de paz, en el que la solución de los dos estados, respaldada por comunidad internacional, parece cada vez más lejana.
Israel anunció que la mayoría de las nuevas viviendas estarían construidas en los grandes bloques de colonias existentes. ConsiderÓ que estos asentamientos tienen que mantenerse bajo soberanía israelí, incluso si se alcanza un acuerdo con los palestinos.
Unas 100 viviendas se erigirán en el asentamiento de Bet El, cerca de Ramala, lo que tiene un importante significado histórico para el movimiento de los colonos.
Respecto al polémico posible traslado de la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén, un proyecto del que ha hablado Trump en su campaña, el influyente jefe chiita iraquí Moqtada Sadr advirtió el martes de que equivaldría a una "declaración de guerra contra el islam".