Jerusalén. AFP. Israel defendió ayer en un informe gubernamental su conducta en la guerra de Gaza de 2014, al afirmar que esta fue “legal” y “legítima”, y que su ejército no apuntó de forma intencionada contra ningún civil u objetivo civil.
La contienda, que duró 50 días entre julio y agosto del año pasado, se cobró cerca de 2.200 muertos palestinos, en su mayoría civiles, según la ONU.
“La mayoría de los hechos, que para las partes exteriores parecieron ataques indiscriminados contra civiles o blancos civiles, fueron en realidad ataques legítimos a objetivos militares, bajo apariencia civil, que obedecían a las operaciones militares de los grupos terroristas”, reza el informe israelí.
En cuanto a los civiles muertos o heridos, Israel estima que se trata de “desafortunados efectos indirectos, aunque legales, de acciones militares legítimas en zonas que albergaban a civiles y sus alrededores”.
Así pues, durante los 50 días de conflicto, el Ejército israelí solo atacó blancos “con una certeza razonable” de que se trataba de objetivos militares.
Numerosas ONG y organizaciones internacionales denunciaron en cambio ataques contra civiles, niños y escuelas, en particular de la ONU.
Desde Ramalá, el portavoz del Gobierno palestino, Ehab Bseiso, fustigó el informe y dijo que “la decisión israelí de negar haber apuntado contra civiles en Gaza es la consecuencia lógica de lo que Israel hizo en la franja de Gaza”.
El informe fue publicado poco antes de la presentación de otro, elaborado por la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, este mismo mes. Las partes se acusan mutuamente de “crímenes de guerra”.
El 8 de julio de 2014, Israel lanzó una ofensiva aérea, y luego terrestre durante un tiempo, contra la franja de Gaza, con el objetivo declarado de terminar con los disparos de cohetes desde este territorio.
En 50 días, murieron cerca de 2.200 palestinos, entre ellos más de 500 niños de acuerdo con la ONU. Del lado israelí murieron 73 personas, entre ellas 67 soldados.