Jerusalén. AFP, EFE. El Gobierno israelí afirmó ayer que responderá con fuerza ante cualquier ataque en Jerusalén, donde los efectivos de seguridad reforzaron su presencia al día siguiente de que un palestino lanzara su coche contra una parada de tranvía y mató a una bebé.
El hecho, calificado de “terrorista” por Israel, provocó la cólera del primer ministro Benjamín Netanyahu, quien advirtió ayer de que cualquier tentativa de ataque será “severamente castigada”.
“Jerusalén unida era y será la capital de Israel por toda la eternidad”, aseguró Netanyahu.
Este atentado (el segundo realizado por un palestino a bordo de un vehículo en menos de tres meses) dejó seis personas heridas, entre ellas una ecuatoriana de 22 años quien sufrió heridas de gravedad, según la Cancillería de Quito.
El joven culpable de acto falleció el jueves, informó el hospital.
Un policía había baleado el miércoles al joven, identificado como Abed Abdelrahman Shaludeh, cuando intentaba huir a pie tras haber embestido con el vehículo a varias personas que se encontraban en una parada de tranvía.
Los funerales de la bebé (que tenía nacionalidad estadounidense, según indicó el Departamento de Estado), congregaron ayer a cientos de personas, incluso al presidente israelí, Reuven Rivlin, que expresó temores de un nuevo estallido de violencia.
“Las incitaciones crecientes al odio en las calles del mundo árabe y en las calles de Jerusalén son susceptibles de destruir el frágil equilibrio que prevalece en esta ciudad, y arrastrarnos a todos en una ola de destrucción y dolor”, dijo Rivlin.
Por su parte, Netanyahu acusó al líder palestino Mahmud Abás de instigar este tipo de ataques.
“Jerusalén está enfrentándose con el terror, y este ataque es apoyado por el líder de la Autoridad Palestina , que glorifica a los asesinos y apoya la unión con la organización (Hamás) a la que pertenecen los terroristas”, aseguró.
Tensión. Mientras tanto, Hamás calificó el ataque de “respuesta a las violaciones” de Israel en Jerusalén e identificó al responsable como uno de sus activistas.
“La operación en Jerusalén es una respuesta natural y esperada a las violaciones y a la escalada de las agresiones por parte de soldados israelíes y colonos”, afirmó el movimiento en un comunicado enviado a los medios.
La ofensiva lanzada por Israel contra Hamás , en julio y agosto, dejó 2.200 palestinos muertos, principalmente civiles, y 73 fallecidos, en su mayoría soldados israelíes.
Las fuerzas de seguridad reforzaron su presencia en las calles de Jerusalén, después de una noche de incidentes, sobre todo el lanzamiento de piedras por parte de jóvenes en Jerusalén Este, de donde era originario el autor del atropello.
“La Policía de Jerusalén subraya que aplicará tolerancia cero ante cualquier incidente violento y que detendrá a todo que altere el orden público de la ciudad”, afirmó en un comunicado.
La tensión latente que hay en Jerusalén Este se agravó en los últimos meses tras el secuestro y asesinato de tres jóvenes israelíes y de un joven palestino poco después, actos que culminaron con la guerra en la franja de Gaza.