Lausana
Las negociaciones sobre el programa nuclear iraní que se llevan a cabo en Lausana, Suiza, estaban bloqueadas en tres puntos clave, la duración del acuerdo, el levantamiento de las sanciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el mecanismo de garantía y control, dijo el lunes un diplomático occidental.
"No puede haber acuerdo si no se encuentra una respuesta a esas cuestiones", agregó el diplomático. "Llegado el momento, hay que decir sí o no", agregó la fuente, en la víspera de la fecha límite para llegar a un acuerdo político sobre el programa nuclear iraní.
Los ministros de Relaciones Exteriores de Irán y las seis potencias del grupo 5+1 se reunieron este lunes en Lausana en la misma mesa, para levantar los últimos obstáculos para un acuerdo político considerado factible sobre el programa nuclear iraní.
La reunión, la primera desde el pasado noviembre, cuando hicieron otro tanto en Viena, duró un poco más de una hora, y no se filtró ninguna información sobre su contenido.
Al final del encuentro, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, anunció que abandonaba Lausana por unos compromisos previstos en Moscú.
"Si existe una posibilidad real de un acuerdo mañana (martes) va a volver", dijo a los periodistas la portavoz del ministerio ruso de Relaciones Exteriores, Maria Zajarova.
El objetivo de las negociaciones es alcanzar de aquí al martes un acuerdo político sobre el programa nuclear iraní, que permitiría a continuación negociar hasta el 30 de junio un acuerdo definitivo con todos los detalles técnicos.
Al principio del encuentro podía verse sonrientes, presidiendo la gran mesa rectangular de la reunión, al ministro iraní, Mohamad Javad Zarif, y a la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini. El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, lucía en cambio un semblante serio.
A su derecha estaban los ministros del 5+1: los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China) más Alemania. A su izquierda, el equipo de negociadores iraníes.
Los diplomáticos buscan llegar a un acuerdo por el cual Irán garantice sin la menor sombra de duda la naturaleza civil de su programa nuclear, a cambio de un levantamiento de las sanciones internacionales que asfixian su economía desde hace años.
El domingo por la noche, el británico Philip Hammond, el último ministro que llegó a Lausana, dijo que esperaba "un éxito en las próximas horas", y juzgó "posible" un acuerdo, con la condición de que ponga la bomba atómica "fuera del alcance" de Irán.
Sin embargo, de momento sigue habiendo serios obstáculos.
Uno de los asuntos más espinosos es el levantamiento de las sanciones impuestas por la ONU a Irán desde 2006 por enriquecer uranio.
Teherán quiere que esas sanciones se retiren de inmediato tras la conclusión de un acuerdo, pero los occidentales defienden un levantamiento gradual.
Teherán insiste también en poder investigar para poder utilizar centrifugadoras más modernas y potentes para enriquecer uranio. Los países occidentales e Israel consideran en cambio que esto le permitiría ganar tiempo para acumular suficiente uranio enriquecido y poder fabricar en un futuro una bomba atómica.