Jerusalén. AP y EFE. En una acción que probablemente instigará más las tensiones con los ciudadanos árabes de Israel, el gabinete israelí aprobó ayer una iniciativa de ley para definir jurídicamente al país como una nación-Estado del pueblo judío.
La decisión, que detonó un tempestuoso debate que podría derrumbar la frágil coalición de gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu, ocurrió después de semanas de violencia letal entre árabes y judíos, y fue denunciada por críticos como dañina al carácter democrático del país y por el mal momento de su implementación.
La medida pasa ahora al pleno del Parlamento para su votación el miércoles.
Israel se ha definido siempre como un “Estado judío”, un término que estaba contenido en la declaración de independencia de la nación en 1948 . La nueva ley busca codificar ese estatus como una “ley básica”, la Constitución de facto de Israel.
Aunque muchos críticos ridiculizaron la medida calificándola de innecesaria, Netanyahu dijo a su gabinete que la iniciativa es una respuesta a los críticos árabes, tanto dentro como fuera de Israel, que cuestionan el derecho del país a existir.
Netanyahu ha exigido desde hace mucho tiempo que los palestinos reconozcan a Israel como la madre patria de los judíos , como condición para cualquier acuerdo de paz. Tanto los palestinos como sus hermanos árabe-israelíes dicen que tal aceptación dañaría los derechos de más de 1,5 millones de ciudadanos árabes.
Los árabes constituyen aproximadamente el 20% de la población de Israel y se oponen fuertemente al proyecto de ley.
Carácter judío. El plan no solo exige reconocer el carácter judío de Israel, sino institucionalizar la ley judía como una inspiración para legislar y eliminar el árabe como lengua oficial.
Netanyahu insistió que Israel sería tanto un Estado judío como democrático. “En los principios de la ley que presentaré hoy (ayer), ambos valores son iguales y ambos deben ser considerados en igual medida”.
Israel enfrenta el peor brote de violencia sostenido en casi una década. Han muerto 11 israelíes en ataques palestinos en el último mes, incluidas cinco personas que fueron asesinadas a balazos y con hachas de carnicero en un asalto sangriento a una sinagoga en Jerusalén , la semana pasada.
En los últimos años, un pequeño grupo de radicales judíos ha atacado mezquitas, iglesias y propiedades privadas en respuesta a acciones palestinas o israelíes a las que se oponen.
Nacionalistas judíos en la coalición de gobierno de Netanyahu habían presionado fuertemente por la iniciativa de ley. Dos partidos de centro en el gabinete, Yesh Atid y Hatnua, constituyeron la única oposición en la votación: 14 votos a favor y 6 en contra.
Uno de los más críticos de la iniciativa es el fiscal general del Estado, Yehuda Weinstein, para quien la nueva propuesta de ley supone “un ataque a la naturaleza democrática de Israel”.
La ley introduciría “un cambio tangible en los principios básicos de la ley constitucional que quedaron fijados en la declaración de independencia (de 1948) y en las leyes básicas del Parlamento, y tiene la capacidad de trivializar el carácter democrático” del Estado, advirtió Weinstein.
Weinstein y otros expertos temen que el nuevo texto legal suponga que la igualdad social y política de la que disfrutan en la actualidad todos los ciudadanos de Israel, “sin importar su raza, religión y género”, quede supeditada al albedrío de los legisladores.
El ministro de Finanzas, Yair Lapid, líder del Partido Yesh Atid, calificó la medida como una “terrible” pieza de legislación que busca apaciguar a políticos de línea dura antes de las elecciones primarias en el Partido Likud, que encabeza Netanyahu.
La ministra de Salud, Yael German, también miembro del Yesh Atid, dijo que el partido apoyaría una ley solo si enfatiza de manera igualitaria la naturaleza democrática y judía de Israel.