Tras una semana de laboriosas negociaciones, los aliados de Netanyahu y Lieberman acordaron que este ocupe el Ministerio de Defensa, que supervisa los territorios palestinos.
Otro miembro de su partido ultranacionalista será ministro de la Absorción (inmigración).
Esta remodelación eleva de 61 votos a 66 la mayoría de Netanyahu en el Parlamento, de 120 diputados. Ello hace de este gobierno el más derechista de la historia de Israel, dicen comentaristas.
Los observadores se interrogan sobre un posible endurecimiento de la política ante los palestinos tras la llegada al Ministerio de Defensa de un hombre conocido por sus diatribas antiárabes y su belicoso populismo.
La nueva composición del Gobierno israelí “provoca dudas”, dijo el Departamento de Estado estadounidense.
Lieberman intentó disipar estos temores y prometió llevar a cabo una política “responsable” y “equilibrada” en su cartera.
“Estamos uniendo nuestras fuerzas para llevar hacia adelante Israel, declaró Netanyahu.
Pero Lieberman es una figura detestada por los palestinos. Su ingreso al Gobierno constituye una “verdadera amenaza” de inestabilidad regional, afirmó el número dos de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erakat.
Para el grupo Hamás, que gobierna en la franja de Gaza, el retorno de Liebermann marca “una escalada en el racismo.