Estambul
El predicador exiliado en Estados Unidos Fethullah Gülen, objeto de una orden de detención de Turquía que lo acusa de ser el cerebro del fallido golpe de Estado, acusó a la Justicia turca de estar a las órdenes de un poder cada vez más autoritario.
La orden de arresto, emitida el jueves por un tribunal de Estambul, acusa al eximán, exiliado desde 1999 en Pensilvania, "de haber ordenado el intento de golpe de Estado del 15 de julio", según la agencia progubernamental Anadolu.
Este procedimiento abre la vía a una demanda formal de extradición a Washington del enemigo jurado del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
"Está establecido que el sistema judicial turco no es independiente, así que esta orden de arresto es otro ejemplo de la tendencia del presidente Erdogan hacia el autoritarismo, alejándose de la democracia", declaró Gülen en un breve comunicado.
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"He condenado en varias ocasiones el intento de golpe de Estado en Turquía y he negado cualquier conocimiento o implicación" en el caso, reiteró.
El jefe del Estado turco anunció el jueves la visita del secretario norteamericano de Estado, John Kerry, a finales de mes, en la que sería la primera visita de un alto diplomático occidental después de la intentona golpista.
"Pienso que su secretario de Estado va a venir el 21 de agosto", declaró Erdogan en una entrevista en la televisión pública turca TRT.
Sin embargo, por el momento Washington no confirmó la visita.
Este dossier puede enturbiar a largo plazo las relaciones entre Turquía y Estados Unidos, que ha pedido a Ankara pruebas de la implicación del eximán.
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Petición
Los máximos responsables de Turquía han reclamado en numerosas ocasiones a Estados Unidos la extradición de Gülen. Turquía indicó que ya había proporcionado en dos ocasiones "documentos" sobre su papel en el levantamiento.
Washington repitió que este procedimiento jurídico lleva su tiempo. El ministerio de Justicia "siempre intenta determinar si los documentos proporcionados constituyen una solicitud formal de extradición", explicó el portavoz del departamento de Estado norteamaricano, Mark Toner.
En un par de semanas, una delegación encabezada por los ministros turcos de Relaciones Exteriores y Justicia también debe viajar a Estados Unidos para explicar la presunta implicación de Gülen en la intentona golpista, añadió Erdogan durante la entrevista.
Turquía ya había emitido una orden de arresto contra Gülen en diciembre del 2014 por haber "montado y dirigido una organización terrorista armada".
Como todos los días desde la sublevación, el mandatario turco denunció con vehemencia el "virus" de los simpatizantes de Gülen "que se extiende por doquier" y a Turquía "no le queda otra que limpiar".
"Cada escuela, cada casa (...) y cada compañía de esta estructura (la red de colaboradores de Gülen) es un nido de terroristas", exclamó el jefe del Estado. "Esta gente son asesinos, hipócritas (...) ladrones".
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"Los detenidos no son más que la punta del iceberg", añadió, "los demás siguen actuando. No cabe duda de que el mundo de los negocios es un pilar de la organización", ahondó.
La persecución implacable de simpatizantes, reales o supuestos, de Gülen en Turquía afecta a todos los sectores de la sociedad, sobre todo a las fuerzas armadas –la mitad de los generales fueron apartados–, educación, justicia y también medios de comunicación, con 131 medios clausurados.
Según los datos facilitados por el ministro de Interior, Efkan Ala, cerca de 26.000 personas fueron detenidas y 13.419 se encuentran en prisión preventiva. En total se han registrado más de 50.000 despidos.