Saná. EFE. Los combatientes chiitas del movimiento rebelde yemení de los hutíes tomaron ayer el control del palacio presidencial en Saná y bombardearon la residencia del jefe del Estado, Abdo Rabu Mansur Hadi, en un intento por conseguir una mayor cuota de poder.
La firma el lunes de un cese de hostilidades entre el gobierno y los insurgentes no impidió que los hutíes , un movimiento seguidor del dirigente Abdelmalek al-Huti, continuaran el martes con la presión política.
En un discurso por televisión, pocas horas después de que milicianos leales ocuparon el palacio, al-Huti definió la situación como “un momento histórico excepcional” y advirtió a Mansur Hadi de que debe aplicar el acuerdo de paz firmado entre las partes porque, de lo contrario, “no descarta ninguna opción para velar por los intereses de los yemeníes”.
El dirigente, de 33 años, recordó que “sus aspiraciones no tienen fronteras” y exigió reformar la comisión nacional, modificar la Constitución, promover la participación de los hutíes en el proceso político y mejorar la situación de seguridad.
En varios ocasiones, denunció una supuesta “conspiración” contra el pueblo yemení y lanzó múltiples críticas contra “la corrupción presente entre las filas del actual régimen”, protegida, dijo, por el propio Mansur Hadi.
Acusó al régimen de financiar y promover la expansión de al-Qaeda (sunita) por el país para que impida el triunfo de la “revolución”de los hutíes.
A las 15:00 horas (7 a. m. hora de Costa Rica ) de ayer, los hutíes, conocidos también como Ansar Alá (Seguidores de Alá), dieron dos golpes simultáneos en la capital yemení, Saná.
Arremetidas. Primero en el sur de la ciudad, donde una discusión entre la guardia presidencial y rebeldes que estaban dentro del palacio presidencial, junto a una comisión creada por Mansur Hadi para verificar el alto el fuego, desembocó en un combate.
Tras los choques, centenares de combatientes chiitas irrumpieron en las instalaciones y se dispersaron por el edificio, forzando a los empleados y a la guardia presidencial a abandonarlo.
Después de hacerse con el control, los insurgentes montaron puestos de control en las vías de acceso al palacio.
Mientras que los combatientes de Ansar Alá se hacían fuertes en la sede gubernamental, en el oeste de Saná comenzó un intenso bombardeo contra la residencia del presidente, con Mansur Hadi dentro de la casa, quien salió ileso del ataque.
La ministra de Información, Nadia al-Sakaf, denunció en su cuenta oficial de Twitter que “milicianos armados” atacaron la casa del presidente desde lo alto de los edificios que rodean su residencia, “en un intento de forzar la caída del régimen”.
Confirmó que los chiitas se apoderaron del edificio presidencial, a pesar de haberse “comprometido” a un alto el fuego con el jefe de Estado.
Por su parte, el Gobierno de la provincia de Adén, capital del sur del Yemen, anunció el cierre de aeropuertos y puertos como respuesta al avance de los hutíes.
El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, pidió un cese inmediato de los combates y llamó a las partes a que cumplan los compromisos que habían aceptado previamente.