Naciones Unidas
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas advirtió el jueves que el referendo de independencia organizado en el Kurdistán iraquí es potencialmente desestabilizador y urgió a entablar un diálogo.
En un comunicado acordado por unanimidad, los 15 países del cuerpo ejecutivo de Naciones Unidas declaran que el referendo planeado para el lunes 25 de setiembre puede afectar los esfuerzos para favorecer el retorno de los refugiados a sus hogares.
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"Los miembros del Consejo expresan su apoyo continuo a la soberanía, la integridad territorial y la unidad de Irak". Por lo que "llaman a resolver todo problema entre el gobierno federal y el gobierno regional del Kurdistán en el marco de la Constitución iraquí, a través de un diálogo estructurado y compromisos apoyados por la comunidad internacional", afirma el texto.
"Los miembros del Consejo de Seguridad expresan su apoyo total a los esfuerzos de la ONU para facilitar el diálogo entre las partes iraquíes concernidas", concluye el comunicado.
Irán y Turquía también se oponen a dicha consulta porque temen que ésta anime a sus propias minorías kurdas a seguir el ejemplo iraquí.
La oposición de Turquía a la independencia del Kurdistán iraquí podría dificultar la viabilidad de un posible Estado kurdo, ya que esta región del norte de Irak obtiene la mayor parte de sus ingresos de la exportación de petróleo a través de un oleoducto que desemboca en el puerto turco de Ceyhan.
Unión de rivales. Opuestos en numerosos temas, Turquía y sus rivales regionales coinciden en la hostilidad frente a un Estado kurdo a medida que se acerca el referendo, por temor a que contagie a los países vecinos.
Hace apenas unos meses, Turquía imprecaba a Irak por la presencia militar kurca en el norte de ese país, y sus relaciones con Irán estaban afectadas por las divergencias en torno a Siria, donde ambos países apoyan bandos opuestos.
Estos desacuerdos parecen disminuir y los tres países muestran la misma intransigencia ante el referendo de independencia de los kurdos, aunque no parece que contemplen por ahora una acción común.
Turquía, cuya población cuenta con al menos 15 millones de kurdos, mira mal cualquier embrión de Estado kurdo inclusive fuera de sus fronteras, por temor a que la emergencia de una entidad de esa índole impulse la búsqueda de autonomía de los separatistas del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) en el sureste del país, donde el conflicto ha costado la vida a más de 40.000 personas desde su inicio en 1984.
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Aunque la mayoría de los kurdos están en Turquía, unos seis millones viven en Irán, donde choques esporádicos oponen a las fuerzas de seguridad con los rebeldes de esta minoría. Un levantamiento kurdo fue duramente reprimido después de la revolución islámica de 1979.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que viajará a Irán el 4 de octubre, afirmó recientemente que ambos países podrían lanzar operaciones conjuntas contra las milicias kurdas en Irak, lo que Irán desmintió.
Ali Vaez, especialista en Irán del Grupo Internacional de Crisis, subraya que Turquía e Irán tienen un interés común en preservar la integridad territorial de Irak, pero su rivalidad histórica podría impedir cualquier acción conjunta para lograr tal objetivo.
"Aunque han tratado de actuar juntos frente a temas comunes de preocupación, las profundas sospechas mutuas sobre las ambiciones del otro les han impedido llegar a un acuerdo para apagar los conflictos regionales", dijo Vaez a la AFP.
Pese a la presencia de bases del PKK en el norte de Irak, en los últimos años Turquía ha establecido lazos económicos estrechos con las autoridades del Kurdistán iraquí (KRG) que podrían servirle como instrumento de presión para impedir una votación sobre la independencia.
El Kurdistán iraquí se ha vuelto uno de los principales mercados de exportación para Turquía y los productos turcos abundan en las principales ciudades de esta región.
Turquía es también la única vía de exportación del petróleo del Kurdistán iraquí, transportado por un oleoducto que llega al puerto turco de Ceyhan.
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"Turquía tiene capacidad de provocar daños significativos a los kurdos iraquíes si lo desea", subraya David Romano, profesor de política sobre Oriente Medio en la universidad del Estado de Misuri, en Estados Unidos.
Pero añade que Turquía se arriesga a perder mucho al romper sus relaciones comerciales con el Kurdistán iraquí por las que obtiene unos 10.000 millones de dólares anuales, beneficio que puede disuadir a Turquía de transformar en actos su dura retórica contra el referendo.
"Turquía hace mucho ruido contra el referendo pero especialmente para calmar a la parte nacionalista del electorado del partido en el poder", subrayó.