Alepo, Siria
La aviación siria volvió a bombardear este viernes el este de Alepo, y Rusia aseguró que la ofensiva durará hasta que los rebeldes abandonen la ciudad.
El ejército había suspendido sus bombardeos el jueves por la noche, cuando Moscú anunció una pausa para evacuar a los civiles, aunque no dejó de disparar cohetes contra los barrios rebeldes.
"Tras una pausa humanitaria ([los ataques) se reanudaron y continuarán mientras haya bandidos en Alepo", dijo en Hamburgo el ministro de Exteriores ruso Serguei Lavrov.
Resulta cada vez más complicado conseguir comida en los barrios rebeldes, en el sureste de la ciudad, ya que nadie se atreve a abrir las tiendas por temor a las bombas, contó un corresponsal de la AFP.
Según Naciones Unidas, algunos grupos rebeldes y yihadistas impedían a los civiles abandonar la zona de combates y disparaban incluso contra los habitantes que huían.
El portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Rupert Colville, expresó además su preocupación por la información de que centenares de hombres que huían habrían desaparecido al llegar a zonas controladas por el régimen sirio.
A pesar del éxodo de decenas de miles de personas que huyen de la ofensiva progubernamental, muchas siguen asediadas en los barrios rebeldes. Según la ONU, quedan unos 100.000 civiles en esas zonas.
Los países occidentales y las ONG llevan semanas denunciando una grave crisis humana y pidiendo un alto el fuego.
Tras haber disminuido un poco el jueves por la noche "los violentos disparos de artillería se reanudaron en varios barrios asediados del este y había violentos combates, sobre todo en Bustane al Qasr", uno de los últimos barrios importantes todavía controlados por los insurgentes, dijo el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), Rami Abdel Rahman.
Rusia, aliado del régimen sirio, anunció por sorpresa el jueves "la interrupción de las operaciones de combate del ejército en el este de Alepo porque hay una gran operación en curso para evacuar a los civiles".
Para Rahman, el anuncio ruso fue "puramente mediático", pero los bombardeos siguen porque el régimen no quiere dar tregua a los rebeldes ni a los civiles".
Con los rebeldes controlando solo una pequeña parte del este de Alepo, los observadores creen que la caída de la ciudad es ineluctable y podría marcar un hito en este guerra que ha dejado 300.000 muertos desde 2011 y ha llevado a huir a más de la mitad de la población de Siria.
La Asamblea General de la ONU adoptó este viernes por amplia mayoría una resolución –no vinculante– que reclama un inmediato cese al fuego en Siria y la entrega urgente de ayuda humanitaria, después de que las fuerzas de Bashar al Asad lanzaran el nuevo ataque.
La medida, redactada por Canadá, fue aprobada por 122 votos, 13 en contra y 36 abstenciones en la Asamblea integrada por 193 naciones. Rusia, China e Irán fueron algunos de los países que se opusieron.
"Esta votación es para alzar la voz y decir a Rusia y a Asad que detengan esta carnicería", señaló la embajadora de Estados Unidos, Samantha Power, antes de que la medida fuera aprobada.
"Esta votación es para defender los principios fundamentales de cómo deben actuar los Estados, incluso durante la guerra", recalcó.
Lavrov anunció que el sábado se celebrarán en Ginebra negociaciones militares y diplomáticas entre Rusia y Estados Unidos sobre la situación en la ciudad.
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, confirmó la reunión del sábado en Ginebra para intentar "salvar" a Alepo. Kerry dijo que seguía trabajando sobre "la manera de salvar Alepo de una destrucción total, absoluta" ante la ofensiva de las fuerzas del gobierno apoyadas por Rusia.
Frente a la catástrofe humana, el jefe del grupo de trabajo para la ayuda en Siria, Jan Egeland, volvió a pedir un alto el fuego inmediato.
Los que intentan huir quedan atrapados en tiroteos y bombardeos y se arriesgan a ser el objetivo de disparos aislados. Centenares de niños, enfermos y heridos tienen que salir" del este de Alepo, dijo.
Los Cascos Blancos, los socorristas de los sectores rebeldes, también lanzaron un grito de alarma. "Si no los evacuamos, nuestros voluntarios podrían ser torturados o ejecutados en los centros de detención del régimen".
Desde que empezó la ofensiva contra Alepo han muerto 410 civiles, entre ellos 45 niños, según cifras del OSDH. De ellos, 105 civiles, incluyendo 35 niños, murieron en el oeste de Alepo, una zona controlada por el régimen.
Por otra parte, Turquía anunció este viernes que 300 miembros de sus fuerzas especiales apoyarán a los militares turcos en Al-Bab, una ciudad turca en la frontera siria, que están luchando contra los yihadistas.