Alepo.
Camiones llenos de ayuda humanitaria para los habitantes de la ciudad siria de Alepo seguían bloqueados el viernes en la frontera turca, al tiempo que aumentaba la tensión en el país en guerra con nuevos combates y fricciones entre Washington y Moscú por la aplicación de la tregua.
En la periferia este de Damasco, el viernes se produjeron fuertes combates entre el régimen y los rebeldes, la violación más grave del cese de hostilidades desde que entró en vigor el lunes, aunque el nivel de violencia ha bajado notablemente en los distintos frentes de batalla.
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La tregua de 48 horas, renovada una primera vez el miércoles, debía ser ampliada el viernes por la tarde por Estados Unidos y Rusia, impulsores del acuerdo sobre el alto el fuego.
El presidente estadounidense, Barack Obama, se reunirá durante el día con su equipo de seguridad nacional, entre ellos, el secretario de Estado, John Kerry, y de Defensa, Ashton Carter, para discutir sobre este acuerdo que pretende favorecer una solución para el complejo conflicto sirio, que desde 2011 ha dejado más de 300.000 muertos.
El acuerdo prevé asimismo la entrega de ayuda humanitaria y la desmilitarización de la vía Castello a Alepo para acceder a la población sitiada en esta ciudad, donde tiene lugar una de las batallas estratégicas de esta guerra.
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Naciones Unidas esperaba poder introducir el viernes 40 camiones en los barrios sitiados por el régimen, lo que permitiría alimentar a unas 80.000 personas durante un mes.
Pero a falta de garantías de seguridad, la asistencia humanitaria estaba bloqueada en la frontera turco-siria y la impaciencia iba en aumento entre los 250.000 habitantes del sector rebelde en el este de Alepo.
"El desafío al que seguimos enfrentándonos - y se trata de una triste realidad- es asegurar que todas las partes del conflicto y aquellos que tienen influencia en ellas se pongan de acuerdo", declaró David Swanson, portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA). "Para nuestro personal humanitario es terriblemente frustrante. Estamos ahí, en el terreno, estamos preparados para movernos", para entregar la ayuda, se lamentó.
La carretera de Castello que conduce a la zona rebelde de Alepo, según el acuerdo debía ser desmilitarizada para permitir la entrada de los convoyes de ayuda, pero por el momento no se había registrado ningún movimiento, según un corresponsal de la AFP en el terreno.
El jueves, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) aseguró que las tropas del régimen seguían desplegadas en esta carretera mientras Rusia, que apoya a Damasco, aseguró que habían comenzado a retirarse.
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Moscú y Washington, que apoya a los rebeldes, se acusaron mutuamente de bloquear la aplicación del acuerdo.
"A esta hora, los camiones que podrían llevar ayuda vital esperan (...). Y esto es responsabilidad directa del régimen y de sus benefactores en Moscú", dijo el jueves la Casa Blanca, mientras el Pentágono descartó una colaboración militar entre ambas potencias mientras no se desbloquee la ayuda humanitaria.
Según el acuerdo, un cese de las hostilidades durante siete días consecutivos debería abrir la vía a la puesta en marcha de un centro de coordinación militar entre ambos países para atacar juntos a los yihadistas.
Pero Rusia también ha tenido reproches para Estados Unidos: acusa a Washington de no haber cumplido con sus compromisos al no presionar lo suficiente a los rebeldes para que se disocien de grupos yihadistas como el Frente Fateh al Sham (exFrente Al Nosra, brazo sirio de Al Qaida).
Este es uno de los principales combates para la aplicación del acuerdo, ya que los rebeldes cuentan con el apoyo de Fateh al Sham, con experiencia y bien organizado, para la batalla contra el régimen en Alepo.
Además, juntos controlan extensos territorios en las provincias de Alepo e Idleb.
Las zonas bajo control de los grupos yihadistas Estado Islámico (EI) y el frente Fateh al Sham están excluidas del acuerdo de tregua y siguen siendo objeto de bombardeos aéreos por parte de Rusia, el régimen sirio y Estados Unidos.