Alepo
Las zonas asediadas en Siria esperaban el miércoles los prometidos convoyes de ayuda humanitaria, bloqueados pese a la reducción de la violencia tras la tregua de 48 horas negociada por las grandes potencias.
Rusia anunció en la jornada que es favorable a una prolongación por 48 horas del cese el fuego en todo el territorio sirio, según dijo en un encuentro con la prensa el general Viktor Poznijir, miembro del estado mayor ruso.
El militar declaró que Rusia "es favorable a una nueva prolongación de 48 horas del régimen de alto el fuego en todo el territorio sirio", según las agencias de prensa rusas, añadiendo que los rebeldes sirios violaron la tregua en 60 ocasiones hasta este miércoles por la mañana.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo el miércoles que está en conversaciones con Estados Unidos y Rusia para que presionen a todas las partes en Siria para garantizar la seguridad de los convoyes de ayuda de la ONU destinados a la asediada ciudad de Alepo.
Ban dijo que 20 camiones cargados con alimentos y otros suministros básicos estaban todavía en la frontera entre Turquía y Siria aguardando a que se despejara el trayecto hasta Alepo.
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La ONU está "completamente lista" para enviar a partir del miércoles veinte camiones de ayuda a Alepo (norte), pero la situación en materia de seguridad no lo permite por el momento, declaró a la prensa.
"Es absolutamente esencial" que los beligerantes "hagan los necesarios arreglos de seguridad" para que los camiones puedan avanzar, dijo.
Ban expresó que contaba con que Rusia, por un lado, ejerciera presión sobre el gobierno sirio y con Estados Unidos, por el otro, para convencer a la oposición armada.
Desde la entrada en vigor del cese de hostilidades el lunes por la noche, los combates prácticamente habían cesado entre el régimen y los rebeldes en todos los frentes de batalla, a excepción de tiros esporádicos, según activistas, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) y la ONU.
La tregua llegó tras semanas de discusiones entre Washington y Moscú, que apoyan respectivamente a la rebelión y al régimen.
El objetivo es favorecer la reanudación de las negociaciones entre el régimen y los rebeldes para poner fin al conflicto que desde marzo del 2011, ha dejado más de 300.000 muertos, entre ellos más de 87.000 civiles, además de millones de desplazados, según un nuevo balance del OSDH.
Por lo pronto, la tregua debe permitir que la ayuda humanitaria alcance a los centenares de miles de civiles asediados en una veintena de ciudades y localidades, la gran mayoría, por las fuerzas del régimen.
La víspera, el emisario de la ONU Staffan de Mistura reclamó garantías para los conductores de los camiones.
Para poder enviar ayuda a Alepo, militares rusos instalaron un punto de observación móvil en la ruta de Castello, un eje de acceso vital al norte de la segunda ciudad siria que une la región con la frontera turca, desde donde proviene esta ayuda, según las agencias de prensa rusas.
Pausa se mantiene
A falta de ayuda, la ciudad al menos vivió su segunda noche de calma consecutiva.
El OSDH señaló que, pese algún disparo esporádico, ningún civil había muerto en la provincia de Alepo desde el principio de la tregua.
El cese de las hostilidades se aplica de forma efectiva. "Si continúa así, sería un desarrollo muy positivo que ahorraría muertes, violencia y éxodo", declaró Rami Abdel Rahman, director del Observatorio.
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La tregua, fue presentada como la de la "última oportunidad" por el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, que negoció el acuerdo con su homólogo ruso, Sergei Lavrov.
Pese a todo, el escepticismo prevalece tras el fracaso de varias treguas anteriores en esta compleja guerra en la que están implicados actores nacionales, regionales e internacionales.
Al igual que en la anterior, a finales de febrero, que duró unas semanas, los grupos yihadistas Estado Islámico y Frente Fateh al-Sham (ex Frente al-Nusra, brazo sirio de al-Qaeda), que controlan amplios sectores del país, están excluidos.
Fuertes combates opusieron en la provincia central de Hama a fuerzas del régimen y de la facción yihadista Jund al-Aqsa, considerada terrorista por varios países, según el OSDH.
Si se respeta durante una semana, este cese de hostilidades podría desembocar en una inédita colaboración entre Moscú y Washington contra los dos grupos yihadistas.