Alepo
Las tropas del régimen sirio avanzaron rápido este lunes en los barrios rebeldes de Alepo, sometidos desde hace cuatro meses a la "táctica cruel" del asedio, al igual que "casi un millón de personas" en toda Siria, según la ONU.
El número de personas que vive bajo asedio en este país ha pasado en los últimos seis meses de 486.700 a 974.080, un "aumento masivo", denunció el secretario general adjunto para Asuntos Humanitarios y coordinador de Ayuda de Emergencia de la ONU, Stephen O'Brien, ante el Consejo de Seguridad.
En esas zonas, los habitantes "están aislados, hambrientos, bombardeados para obligarlos a someterse o huir. Es una táctica deliberada (...), una forma cruel de castigo colectivo", sentenció.
Sin embargo, la comunidad internacional se ve cada vez más impotente ante la determinación del régimen de Bashar al-Asad para reconquistar la totalidad de la segunda ciudad siria, y principal frente de este conflicto que ya ha causado más de 300.000 muertos desde el 2011.
El embajador británico ante la ONU, Matthew Rycroft, calificó de "barbarie" la campaña de bombardeos contra Alepo-Este, y su homólogo francés denunció una "estrategia de guerra total para retomar Alepo a cualquier precio".
La embajadora estadounidense, Samantha Power, dio ante el Consejo de Seguridad los nombres de una docena de coroneles y generales sirios acusados de ordenar atacar a poblaciones civiles y torturar a opositores.
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"Deben saber que sus abusos están documentados y que deberán rendir cuentas", dijo Power.
Más control
Las tropas gubernamentales consolidaban el lunes sus posiciones tras haber entrado la víspera por primera vez en el barrio de Masaken Hanano, en el noreste de Alepo, después de violentos combates, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH). Este barrio tiene un marcado carácter simbólico porque fue el primero que conquistaron los rebeldes en el 2012.
El régimen, respaldado por combatientes iraníes y el Hezbolá libanés, también expulsó a los insurgentes de una antigua zona industrial del noreste.
"Se trata del avance más importante del régimen en los barrios rebeldes hasta hoy en día", precisó el director del OSDH, Rami Abdel Rahman. La toma de Masaken Hanano le permite al régimen tener "en línea de mira otras zonas rebeldes y poder aislar las partes del norte del Alepo rebelde del resto de los distritos de la oposición", según él.
Milad Shahabi, miembro del consejo de este barrio, declaró este lunes por la noche a la AFP que los "civiles empezaban a huir" hacia el sur de la ciudad y que los combates continuaban.
El diario progubernamental Al Watan describió Masaken Hanano como "el mayor bastión y el más importante" de los rebeldes en la ciudad.
Según el jefe de la diplomacia siria, Walid Muallem, habría entre 5.000 y 7.000 "hombres armados" que "toman como rehenes", según él, a "los habitantes de estos barrios".
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El domingo, luego de reunirse con el enviado de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, Muallem rechazó la posibilidad de una "administración autónoma" de los rebeldes en Alepo.
Esta idea había sido propuesta por el enviado de la ONU a cambio de la salida de cientos de yihadistas del grupo Fateh al-Sham (exrama siria de al-Qaeda) presentes en estos sectores.
Según los expertos, tanto Damasco como su aliado ruso esperan retomar íntegramente la ciudad de Alepo antes de que Donald Trump asuma la presidencia de Estados Unidos, el próximo 20 de enero.
"La cuestión es saber cuánto tiempo (los rebeldes) van a poder resistir", estimó un diplomático europeo que requirió el anonimato.
"No hay nada más para comer, ni más hospitales y los bombardeos no cesan. La presión es muy grande sobre ellos", añadió.
De Mistura advirtió por su parte que "antes de Navidad, con el aumento de las operaciones militares, veremos un hundimiento (...) de lo que queda del este de Alepo y podrían haber 200.000 personas huyendo hacia Turquía, lo que sería una catástrofe humanitaria".
La situación se ha vuelto insoportable para los civiles, sitiados desde hace cuatro meses, que ven agotarse sus reservas de alimentos.
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Un corresponsal de AFP constató el lunes que los bombardeos caían sin cesar en los barrios rebeldes de Alepo.
Al menos 15 civiles murieron en estos ataques, según el OSDH, sumándose a los más de 100 que fallecieron en esta última semana.
Este balance podría agravarse por el gran número de heridos, teniendo en cuenta que "no hay actualmente ningún hospital en servicio en la parte asediada de la ciudad", afirmó el lunes la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los rebeldes también lanzaron cohetes contra la parte oeste de la ciudad, controlada por el régimen. El domingo murieron 10 personas, ocho de ellas niños.