Estambul
El presidente turco Recep Tayyip Erdogan aprobó este viernes una revisión constitucional para reforzar sus poderes que será sometida a referendo el 16 de abril, informó el viceprimer ministro Numan Kurtulmus.
"Si Dios lo quiere, mi querida nación acudirá a las urnas el 16 de abril" declaró Erdogan en un discurso de campaña en Aksaray (centro). "Turquía llegó a una encrucijada clave para cambiar su sistema de gobierno", añadió.
El objetivo de la reforma constitucional, votada el mes pasado por el Parlamento turco, es sustituir el sistema parlamentario en vigor por un sistema presidencial.
Con el cambio, el presidente tendrá potestad para nombrar y revocar a los ministros, promulgar decretos y declarar el estado de emergencia.
El puesto de primer ministro desaparecerá y será sustituido por uno o varios vicepresidentes, si se aprueba la reforma.
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El texto fue adoptado en el Parlamento gracias a una alianza entre el partido islamoconservador al poder, el Partido Justicia y Desarrollo (AKP), y el grupo de derecha nacionalista, el Partido de Acción Nacionalista (MHP).
Erdogan considera que esta revisión, que podría permitirle seguir en el poder hasta al menos 2029, es necesaria para garantizar la estabilidad al frente de Turquía, que atraviesa una ola de atentados sin precedentes y dificultades económicas.
Pero el texto suscita preocupación entre los opositores y las oenegés que acusan al presidente de deriva autoritaria, sobre todo desde el fallido golpe de Estado de julio, que provocó una purga de enorme magnitud.
"La palabra y la decisión están ahora en manos de la nación", declaró Kurtulmus. "Espero que la campaña se lleve a cabo de una manera adecuada a una democracia turca madura. Los que dicen 'sí', los que dicen 'no', todos expresarán su opinión", añadió.
El AKP lanzará su campaña el 25 de febrero, según la prensa local.
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Para el partido gobernante, la presidencialización del sistema permitirá evitar la formación de coaliciones gubernamentales inestables y hará más eficiente el gobierno en un contexto en el que Turquía afronta grandes desafíos en materia de seguridad y de economía.
Sin embargo, esos argumentos no bastan para convencer a los partidos opositores, como los socialdemócratas del Partido Republicano del Pueblo (CHP) y los prokurdos (HDP), que consideran la reforma como una deriva autoritaria del presidente turco.
El líder del CHP, Kemal Kiliçdaroglu, opinó que la aprobación de la reforma constitucional en el referéndum sería una "catástrofe" que acabaría con la separación de poderes en Turquía.
"Vamos a darle a una persona poderes de los que no disponía el mismísimo Atatürk –fundador y primer presidente de la República de Turquía– (...) Vamos a retirar los poderes del Parlamento y dárselos a una persona. Vamos a entregar los tribunales a una persona", declaró Kiliçdaroglu. "¿Es concebible semejante cosa?".
Polarización política
El examen del texto en el Parlamento desató encontrados debates y dio lugar a riñas en el hemiciclo, donde un diputado acabó con la nariz rota y una diputada con discapacidad acabó en el suelo.
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En ese contexto de tensión política, que se añade a la serie de atentados que golpea el país, la campaña para el referendo promete ser especialmente tensa.
En caso de aprobarse la reforma constitucional, las elecciones legislativas y presidenciales serían simultáneas, y el presidente podría ser elegido por dos mandatos de cinco años, en los próximos comicios previstos en noviembre del 2019.
Si se considera que Erdogan, elegido en el 2014 como presidente tras 12 años al frente del Gobierno, vuelve a empezar de cero con esta reforma, algo que todavía no ha sido aclarado, podría permanecer en el poder hasta al menos 2029.