Beylerbeyi, Turquía AFP Turquía entró de lleno en la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) por dos vías: inició bombardeos aéreos contra el grupo en Siria y puso a disposición de la coalición contra el EI, encabezada por Estados Unidos, las bases de su país.
Aviones militares turcos despegaron ayer en dos oportunidades de la base de Diyarbakir (sureste) para realizar ataques aéreos contra objetivos del EI en territorio sirio.
Otros aviones que despegaron del mismo aeropuerto militar, atacaron varios campos rebeldes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), al norte de Turquía.
Paralelamente, la Policía llevó a cabo un vasto operativo antiterrorista en todo el país, cuatro días después de un atentado suicida atribuido al EI, que dejó 32 muertos en la ciudad turca fronteriza de Suruç (sur).
El operativo se realizó prácticamente en todo el país. Según el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, hubo 297 detenciones en 16 provincias de personas sospechosas de pertenecer a un “grupo terrorista”, entre ellas, 37 extranjeras.
La operación también estaba dirigida contra rebeldes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que el miércoles reivindicó la ejecución de dos policías en Ceylampinar (sur) a los que acusaban de connivencia con los yihadistas de EI.
El PKK es un partido que busca la independencia del Kurdistán como un Estado socialista. Es considerado organización terrorista por Turquía, Europa y por Estados Unidos, aunque no amenaza intereses de estos países.
Turquía los combate porque la independencia del Kurdistán significaría la segregación de parte de su territorio.
Sin embargo, los kurdos son hasta ahora los mayores aliados de EE. UU. en la lucha contra el EI en Irak y Siria.
“La operación contra el EI ha cumplido su objetivo y no se detendrá, afirmó Davutoglu.
“El menor movimiento que amenace a Turquía conllevará la reacción más severa”, insistió el jefe del gobierno islamoconservador. “Tomaremos todas las medidas necesarias para proteger nuestras fronteras”.
Davutoglu subrayó que el bombardeo se produjo en represalia por el ataque del jueves de combatientes extremistas contra un puesto del ejército turco en la región de Kilis, en el que murió un suboficial y dos soldados resultaron heridos.
Un responsable turco que prefirió el anonimato, indicó que los bombardeos del viernes tenían también un objetivo preventivo. “En las últimas semanas nos han llegado informaciones que muetran que el EI se está armando”.
“Hacía dos días que esperábamos que ocurriera algo. Había mucha tensión”, declaró Ahmet Solak, un responsable del pequeño pueblo de Beylerbeyi. “He oído aviones esta noche, pero no me planteo huir por los combates. Apoyo al ejército turco, así que me quedo”, añadió.
El presidente, Recep Tayip Erdogan, confirmó ayer que autorizó a Estados Unidos para llevar a cabo ataques aéreos contra objetivos yihadistas en Siria o Irak desde varias de sus bases.
Ankara había rechazado intervenir militarmente en apoyo a las milicias kurdas que combaten al EI, por temor a la formación de una región autónoma hostil en el norte del país.
El atentado de Suruç suscitó la indignación de los kurdos de Turquía, que reprochan a Erdogan haber cerrado los ojos a la actividad del EI en suelo turco.
Las manifestaciones, particularmente de kurdos, se suceden cada día en numerosas ciudades del país para denunciar la política siria de Erdogan, y el principal partido kurdo de Turquía ha convocado una gran concentración el domingo en Estambul.